Colombia Conservadora
La respuesta que se me ocurre es que Colombia ha sido desde siempre una nación conservadora, pero como desde hace cuarenta años nos come la plaga del clientelismo, y eso, mezclado con el hambre y la pobreza, produce una explosiva mezcla que hace confundir el color rojo con el azul, es casi seguro que el respaldo de esas mayorías liberales con las cuales se gobernó a Colombia durante décadas, fueran votos comprados, y ahora que se ha recuperado el voto de opinión entre nosotros, y que el daltonismo parece haber desaparecido, poco a poco ha comenzado a reflejarse la verdadera intención del voto democrático libre, y no liberal precisamente, voto que ya no cuenta con la compra criminal de conciencias que hasta hace unos años desangraba todos los presupuestos oficiales.
Muchos me dirán que los azules también participaron del botín clientelista, eso es en parte cierto, pero hay que aceptar que la proporción de los goditos colocados dentro de los gobiernos liberales, eran por lo menos en proporción de uno a cien. Al igual que sucedía con el acceso a los dineros del gobierno. Otra circunstancia importante que tiene mucho que ver con el nuevo resurgimiento conservador en el país, es la obra relizada por el presidente Álvaro Uribe, un gobernante lleno de postulados y ejecuciones de la más alta ideología conservadora, con los resultados que ya todo el mundo por dentro y fuera del país conoce.
No es mi intención volver sobre la vieja rencilla aquella que colocaba a los godos como el oro y a los cachiporros liberales como la escoria, pero estos últimos sí que le halaban más a la compra indiscriminada de los votos el día de las elecciones, y sobre todo, con aquel perverso método para sectorizar a su clientela del cual fue maestro de maestros el finado senador caldense Víctor Renán Barco, fiel dicípulo del también fallecido ex presidente Alfonso López Michelsen.
Hay que advertir también en el análisis, que si bien es cierto que en unas encuestas aparece el actual presidente como candidato, y en otras no, este factor no altera la intención del voto que le corresponde a los pre candidatos conservadores como Andrés Felipe Arias y Noemí Sanín, y eso es todavía más significativo, pues dentro de una opción tan extensa de aspirantes al primer empleo del país que cubre todas las ideologías con todos sus matices, que la primera intención de voto sea para el conservatismo, no deja de ser un hecho tan insólito como importante, lo que dará para muchas controversias y debates en el próximo futuro. Solo me restaría agregar sobre este último tópico, la duda que pueda surgir sobre el candidato independiente Sergio Fajardo, también favorecido en las encuestas, pero dificilmente podrá mantenerse allí, una vez que la gente comience a decifrar su complicada personalidad. Sin embargo hay que dar por descontado que en todas las encuestas realizadas en donde aparece el presidente Uribe, la diferencia con los que le siguen es descomunal, y sigo creyendo que a pesar de que haya opiniones diferentes, el pueblo colombiano quiere un tercer mandato para su presidente, pues como bien lo señala el propio mandatario, “la culebra todavía colea, señal de que aún esta viva”.
En el terreno de lo local, no hay que olvidar que Caldas siempre ha sido un departamento conservador, reconociendo que en los últimos tiempos, al igual que en todo el país, el liberalismo avanzó mucho, sobre todo con la influencia clientelista que desde el puerto de la Dorada ejerció el finado senador Renán Barco antes mencionado.
Habrá que ver entonces si la conformación de las listas para los próximos comicios electorales reflejarán la nueva realidad política que se respira en Colombia, y que ojalá podamos dejar atrás todas esas nubes negras de clientelismo, corrupción, y parapolitiquería, que tanto daño han hecho entre nosotros.
N.B. Gracias al periodista amigo Evelio Giraldo Ospina por la invitación para escribir en este, el diario digital Eje 21. Espero colaborar con mis escritos cada quince días y espero que los temas sean del mejor agrado de todo los lectores.