7 de diciembre de 2024

Sobre la nueva Ley de ciencia, tecnología e innovación

5 de abril de 2009
5 de abril de 2009

Por Gonzalo Duque Escobar

La nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, que hace de Colciencias un departamento administrativo del orden nacional, incrementa los recursos para investigación hasta el 1% del PIB en el 2010- cuantía mínima sugerida por los organismos internacionales- y fortalece el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación al propender por la regionalización de los procesos, es también un reto para la academia y el sector productivo quienes deben lograr mayores niveles de integración, buscando hacer del conocimiento como factor de producción, el detonante de la competitividad.

Ya han pasado las épocas del modelo keynesiano en que el proteccionismo del Estado, antes que lograr el fortalecimiento efectivo del aparato productivo para la sustitución de importaciones, simplemente facilitó la conformación de grandes capitales a partir bienes y servicios con altos precios y bajas calidades, enterrando de paso las posibilidades de la investigación científica y tecnológica en el país, al divorciar la Universidad de la Empresa, cuya relación se establece en mayor proporción de cara a la investigación aplicada.

Y frente a las sanas pretensiones de esta Ley 1286 de 2009, de propender por un modelo productivo sustentado en la ciencia, la tecnología y la innovación para darle valor agregado a los productos y servicios de nuestra economía, lo que equivale a propiciar el desarrollo productivo a partir de la oferta ambiental y cultural de la Nación, habrá que reflexionar no solamente sobre las consecuencias de dejar en manos del mercado las dimensiones social, cultural y ambiental, y de la investigación básica, sino también sobre las dificultades en la dimensión económica para construir lo que podría
ser la nueva industria nacional en tiempos de apertura, cuando la realidad es que ya la economía nacional se reprimariza en virtud de la menor capacidad y desarrollo de nuestras fuerzas productivas que deben enfrentar una brecha tecnológica y económica enorme.

(*) Desde el OAM, Ed. Circular RAC 510
www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales

Imagen: http://porelmomentonada.blogspot.com