12 de junio de 2025
Orlando Cadavid Correa


Las ciudades costeñas han acaparado siempre los torrentes de homenajes musicales salidos de las venas de nuestros compositores cuando se ha procurado cantarles a los segmentos de nuestra geografía.


Con el correr de los años se fueron esfumando del espacio en el siglo pasado muchos diarios y semanarios colombianos, que nunca resucitaron. Colapsó en Bogotá el Diario de Colombia, del caudillo conservador caldense Gilberto Alzate Avendaño, apodado “El Mariscal”.


El gobierno de Colombia tiene una manera muy sui géneris de repartir zanahoria y garrote cuando, por un lado, se emplea a fondo para buscarle salidas al millonario hueco fiscal, y por el otro, procura gratificar y subsidiar pecuniariamente a un ejército irregular.


El libro de Rosita y José Roberto Cadavid Misas—los hijos del inolvidable “Argos”, el célebre cazador de gazapos que en gloria esté— lleva por título ¿“Cómo dice que se llama”?, que los hermanos resumen como “un catálogo de nombres raros y curiosos más increíbles del mundo”.


En las últimas décadas del siglo pasado se hicieron famosas unas cuñas publicitarias que sonaban a mañana, tarde y noche en la radio y la televisión colombianas.


Los colombianos nos hemos venido acostumbrando a la retórica del diminutivo a la que suele apelar el ex presidente Álvaro Uribe Vélez en algunas de sus intervenciones públicas, especialmente en sus extenuantes consejos comunitarios.


En su entrañable Bahía Solano, ocho meses antes de irse a cuadrar caja con El de arriba, dejó lista su autobiografía un quijote maicero, puesto en la pila bautismal Francisco José Rojas González, más conocido en algunas zonas del país con el remoquete de “Pacholoco”.


Ni en Manizales, su patria chica –en la que no fue monaguillo, ni seminarista, ni profeta–, ni en Medellín– donde ofició durante 21 años como carismático líder espiritual de los antioqueños–, suele haber celebración del centenario del natalicio de monseñor Tulio Botero Salazar.


Carlos Mario Álvarez Dìez, “El Flako”, es uno de los pocos libretistas de lavar y planchar que subsiste en los medios paisas.


En serio y en broma’ es una columna semanal que publica Óscar Alarcón Núñez en El Espectador desde 1979. Allí, con un estilo que le es característico, toca asuntos serios –jurídicos, políticos y de la vida diaria– poniendo el apunte y la nota de humor que hace agradable el tratamiento del tema.
