No se había posesionado el Presidente Duque, cuando estallaron protestas y plantones. Parece que muchos aupados por odios partidistas, no leyeron los puntos de su programa en campaña.

El enfermizo amor de los norteamericanos por las armas, va mucho más allá de lo dispuesto en la Segunda Enmienda de la Constitución de los EE.UU. El derecho de tener armas, se supone que es para defenderse.

Que se tenga noticia, ninguna de estas masacres fue perpetrada por un latinoamericano, a pesar de la enconada y efectista campaña del Presidente  Donald Trump contra los Mejicanos y los  inmigrantes de los países al sur del Río Grande.

Desde la primera vuelta en las Presidenciales he tenido la oportunidad de hablar con muchos jóvenes. Algunos me han dicho que piensan votar  por Gustavo Petro, a lo cual respondo, que las cosas no pueden estar tan mal.

En los EE.UU. la pandemia de asesinatos masivos en los colegios ha puesto a pensar a las autoridades y también a los empresarios. En lo corrido del 2018 ha ocurrido en promedio más de un tiroteo por semana. El saldo a la fecha: 27 jóvenes muertos.

Hoy mientras preparaba los tres golpes de rigor, escuchaba por la radio en la cocina, a los frenéticos comentaristas habidos y por haber, analizando los resultados electorales, semi-profundizando en las votaciones de los diferentes candidatos.

El domingo 27 de mayo, cuando se acerquen a las urnas para ejercer su Sagrado Derecho al Voto, en nuestra maltrecha Democracia, reflexionen profundamente, sin importar su filiación política, o quien sea el candidato de sus preferencias. Piensen muy bien antes de marcar el tarjetón.

Pienso que cuando muy jóvenes, y apenas ingresando al mundo de la lectura de las diferentes teorías políticas, muchos, con ese altruismo de la juventud, nos inclinamos por el Marxismo.