11 de diciembre de 2023
Elkin Mesa
Y ojalá no se asome nunca más por la Sabana que convirtió en el centro de sus negocios cuando consiguió en 1,997 que unos bogotanos ingenuos lo eligieran alcalde, para dedicarse inmediatamente al negocio de los buses con el sistema transmilenio.
MUCHOS DICEN –Y YO FIGURO ENTRE ELLOS—QUE IVAN DUQUE PRESIDENTE ELEGIDO PARA TODOS LOS COLOMBIANOS podría realizar un gobierno aceptable.
Tal vez no diga la verdad quien afirme que se encuentra bien en un país en preocupante porcentaje sometido al régimen de un profanador Uribe.
La masiva violencia en las calles es provocada por el mal uso del poder que tienen en un momento dado los representantes de quien gobierna.
Cosa ideada por un ministro que debiera llamarse Alberto de Rapiña, al servicio de un hombre que solo sabe de falsos positivos.
Nació cuando quiso ser alcalde hace unos 20 años, empezó a consolidarse cuando unos bogotanos desinformados lo eligieron, el arrancó entonces con la realización de varios sueños.
En 180 años de historia colombiana, se pudo pensar en que la luz de los anhelos nunca se apaga, pensarlo no más, cuando eran pocos los que se sorprendían con la indiferencia naciente tiempo después de morir Bolivar.
Da verguenza tener a un designado presidente y al profanador Uribe que lo eligió, dedicados a la tarea de insinuar, el primero, que se acorrale de manera inhumana a un país vecino, y el segundo sugiriendo que su ejército dispare contra el palacio de gobierno.
Varios amigos dicen, por muchas razones, que de Iván Duque lo mejor es no esperar nada, para no sentirse frustrados en poco tiempo, o que estarán listos para disfrutar de grandes alegrías si algún día resulta con algo, en un país lleno de amenazas.
Como rotundo y nunca visto en la historia de los 200 últimos años, hay que registrar la votación de más de 11 millones de personas contra la corrupción, lideradas por la dirigente Claudia López.
