Caldas mejora en pobreza multidimensional, pero el atraso rural sigue siendo una deuda pendiente
Manizales, 7 de mayo de 2025. Caldas se mantiene entre los departamentos con mejores indicadores de pobreza multidimensional del país. Según el boletín técnico del sistema estadístico CALDATA, el 9,2% de su población se encontraba en condición de pobreza multidimensional en 2024, muy por debajo del promedio nacional, que fue del 11,5%.
El dato confirma una tendencia de mejora sostenida entre 2018 y 2024. A lo largo de ese periodo, el departamento ha logrado avances importantes en varios frentes: más acceso a servicios de salud, reducción del rezago escolar y, especialmente, una disminución significativa en la informalidad laboral, que cayó más de cinco puntos porcentuales entre 2023 y 2024.
Sin embargo, los datos también muestran una realidad desigual: los avances no han sido los mismos en todos los rincones del territorio. El campo caldense sigue quedándose atrás en aspectos clave como condiciones de vivienda, acceso a agua potable, calidad educativa y oportunidades laborales. En otras palabras, mientras las ciudades avanzan, muchas zonas rurales continúan en condiciones precarias.
Este contraste territorial evidencia la necesidad urgente de enfocar los esfuerzos de política social en las comunidades rurales, donde las privaciones se acumulan y las soluciones tardan en llegar. Las cifras agregadas, aunque positivas, no reflejan por completo la desigualdad que se vive en veredas y corregimientos, donde las brechas siguen abiertas y, en algunos casos, profundizándose.
El boletín también destaca diferencias por sexo del jefe de hogar. Aunque la brecha entre hombres y mujeres se ha reducido en los últimos años, los hogares liderados por mujeres siguen registrando una incidencia de pobreza ligeramente mayor. Esto demuestra que, además del enfoque territorial, es necesario fortalecer las acciones con perspectiva de género, en especial en zonas rurales donde las jefas de hogar enfrentan mayores obstáculos para salir de la pobreza.
En términos generales, el informe de CALDATA muestra que Caldas ha sido capaz de consolidar algunos logros sociales, pero también deja claro que el reto está en no permitir que el progreso de unos sectores o regiones sirva para ocultar el abandono de otros. La mirada hacia el futuro debe ser más equilibrada, con inversiones mejor focalizadas y estrategias adaptadas a la realidad del campo caldense.
Los datos hablan claro: Caldas ha avanzado, pero aún no puede darse por satisfecho. Las cifras deben traducirse en decisiones. Y el bienestar, si quiere ser duradero, debe llegar con la misma fuerza a cada rincón del territorio.