23 de abril de 2025

Luis Carlos Reyes y Armando Benedetti llevan su disputa al terreno judicial

23 de marzo de 2025
23 de marzo de 2025
Crédito: Luis Carlos Reyes – Instagram

Bogotá, 23 de marzo de 2025. El enfrentamiento entre Luis Carlos Reyes, exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) y exministro de Comercio Exterior, y el ministro del Interior, Armando Benedetti, ha alcanzado un punto de no retorno. Lo que comenzó como un cruce de acusaciones en redes sociales ha escalado a una batalla judicial con profundas implicaciones políticas. La denuncia por injuria presentada por Reyes ante la Fiscalía General de la Nación no solo expone una pugna personal, sino que también revela las tensiones dentro del gobierno de Gustavo Petro y los intereses en juego en la administración de entidades estratégicas.

Un conflicto que sacude la estructura gubernamental

El conflicto se detonó cuando Reyes filtró una conversación de WhatsApp en la que Benedetti recomendaba personas para ocupar cargos en la DIAN, especialmente en las oficinas de Barranquilla y Cartagena. Esta revelación avivó las sospechas sobre una posible injerencia política en la designación de funcionarios dentro de la entidad encargada del recaudo tributario. En respuesta, Benedetti descalificó públicamente a Reyes, calificándolo de “mentiroso” y “payaso”, y lo vinculó con el contrabandista conocido como «Papá Pitufo», acusándolo de convertir la DIAN en un «feudo de mafias».

La gravedad de estas declaraciones llevó a Reyes a presentar una denuncia formal por injuria, argumentando que las afirmaciones del ministro del Interior afectaban su integridad moral y profesional. La querella, respaldada por su abogado Sebastián Erazo, solicita a la Fiscalía investigar si Benedetti habría lanzado estas acusaciones como parte de una estrategia de distracción para desviar la atención del debate sobre la injerencia política en la DIAN.

Crédito: Luis Carlos Reyes – Instagram

Una lucha de poder en el oficialismo

Más allá del cruce de insultos y acusaciones, esta confrontación pone de manifiesto la lucha por el control de instituciones clave dentro del aparato estatal. La DIAN, históricamente utilizada como herramienta de influencia política y económica, se ha convertido en un epicentro de disputa dentro del gobierno de Petro. Reyes, quien intentó posicionarse como un defensor de la meritocracia y la transparencia, chocó con sectores que defienden la asignación de cargos bajo criterios políticos.

El presidente Gustavo Petro ha preferido mantenerse al margen de la controversia, limitándose a señalar que la salida de Reyes de la DIAN fue una decisión administrativa basada en dudas sobre su desempeño. Sin embargo, la falta de una postura clara por parte del mandatario ha sido interpretada por algunos analistas como una muestra de la fragilidad interna del gobierno y de la creciente influencia de figuras como Benedetti en la toma de decisiones.

Benedetti bajo el escrutinio público

Armando Benedetti, conocido por su estilo confrontacional y su historial de polémicas, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán. Su papel como uno de los principales operadores políticos del gobierno lo ha convertido en un actor clave en la configuración del poder dentro del oficialismo, pero también en un blanco frecuente de críticas. No es la primera vez que su nombre aparece vinculado a señalamientos de tráfico de influencias y uso indebido del poder.

La denuncia de Reyes podría convertirse en un nuevo obstáculo para Benedetti, quien ya enfrenta cuestionamientos sobre su rol en otras decisiones gubernamentales. Sectores de la oposición han solicitado que se abra una investigación formal sobre sus acciones en la DIAN, argumentando que sus declaraciones contra Reyes buscan encubrir un posible caso de clientelismo.

Crédito: @AABenedetti

La sombra de Roy Barreras y el efecto dominó

A la disputa se ha sumado Roy Barreras, embajador de Colombia en el Reino Unido y antiguo aliado de Benedetti. Barreras ha anunciado que presentará una denuncia por falso testimonio contra Reyes, acusándolo de manipular la información con el objetivo de obtener protagonismo mediático. En sus redes sociales, Barreras aseguró que Reyes ha distorsionado los hechos y que su comportamiento genera un “show mediático” sin sustento jurídico.

El embajador también recordó que el propio Petro ha expresado dudas sobre la credibilidad de Reyes en el pasado, sugiriendo que su versión de los hechos no es del todo confiable. Esta reacción ha sido interpretada como una estrategia para desviar la atención del debate de fondo: la politización de la DIAN y el uso del poder para beneficiar a ciertos sectores.

Un caso con repercusiones de largo alcance

Este episodio no es un simple choque de egos entre dos figuras del oficialismo. Su desenlace podría afectar la credibilidad del gobierno y abrir un debate sobre la necesidad de garantizar la independencia de las entidades públicas. La DIAN, como institución responsable de la política fiscal del país, juega un papel fundamental en la estabilidad económica, y cualquier señalamiento de corrupción o manipulación política en su interior puede tener efectos devastadores en la confianza de los ciudadanos y los inversionistas.

Además, el caso podría convertirse en un precedente sobre el uso del poder para atacar adversarios dentro del mismo gobierno. Si la justicia encuentra méritos en la denuncia de Reyes, Benedetti podría enfrentar consecuencias legales y políticas que debiliten su posición dentro del gabinete. Por otro lado, si la querella se desestima, Reyes podría ver aún más erosionada su imagen pública, reforzando la narrativa de que sus denuncias forman parte de una estrategia personal de revanchismo político.

La confrontación entre Reyes y Benedetti ha trascendido el ámbito personal para convertirse en un síntoma de las fracturas dentro del gobierno de Petro. Más allá de la batalla legal, este caso refleja la lucha por el control de las instituciones y el desgaste de la confianza en el oficialismo. En un contexto de creciente presión política y económica, el desenlace de este conflicto marcará un punto de inflexión en la forma en que el gobierno gestiona las diferencias internas y enfrenta las acusaciones de uso indebido del poder.