China y la disputa por los puertos en Panamá
Panamá, marzo de 2025. El gobierno chino ha expresado su profunda preocupación y abierto rechazo a la inminente venta de los puertos operados por el conglomerado hongkonés CK Hutchison en Panamá a un grupo inversor liderado por la firma estadounidense BlackRock. Esta transacción, valorada en 19.000 millones de dólares, no solo implica la cesión de infraestructuras estratégicas en ambos extremos del canal de Panamá, sino también la venta de más de 40 puertos en distintas partes del mundo, lo que, a ojos de Pekín, representa una amenaza directa a su influencia en las rutas comerciales globales.
Un cambio de postura en la estrategia china
La fuerte reacción de China supone un viraje en su política hacia Panamá y el control de infraestructuras marítimas clave. Durante el mandato de Donald Trump, Washington advirtió sobre la creciente presencia china en el canal de Panamá, pero Pekín desestimó esas preocupaciones. Ahora, sin embargo, la venta de estos puertos ha despertado un feroz rechazo en los círculos gubernamentales chinos, que ven en esta operación un movimiento estratégico de Estados Unidos para debilitar la posición de China en la región.
El periódico Ta Kung Pao, controlado por el Partido Comunista Chino y considerado un portavoz oficioso de Pekín, publicó un extenso editorial en el que calificó la transacción como un grave riesgo para los intereses comerciales y políticos de China. Según el artículo, la venta de los puertos podría convertir a Estados Unidos en un actor con capacidad de controlar el flujo de mercancías chinas en la región, lo que sumaría una nueva capa de tensiones en la guerra comercial entre ambas potencias.
El trasfondo económico y político
En el centro de la controversia está Li Ka-shing, el magnate de Hong Kong que controla CK Hutchison. Durante décadas, Li ha sido una de las figuras empresariales más influyentes de Asia, pero su relación con Pekín ha sido cada vez más tensa desde la llegada de Xi Jinping al poder en 2012. La venta de activos en China continental y su apoyo a las protestas democráticas en Hong Kong en 2019 han generado una creciente desconfianza en su contra dentro del Partido Comunista Chino.
El conflicto entre Li y Xi Jinping no es nuevo. En la década de 1990, Xi, entonces funcionario en la ciudad china de Fuzhou, bloqueó un ambicioso proyecto inmobiliario de Li, alegando la necesidad de preservar el patrimonio histórico de la ciudad. Este episodio marcó el inicio de una relación difícil entre ambos, que se ha profundizado con el paso de los años y con los cambios en la política económica china.
Además, la transacción se da en un contexto en el que China ha adoptado una postura más agresiva en la protección de sus intereses estratégicos. En 2021, el gobierno chino bloqueó la venta de Soho China, un imperio inmobiliario controlado por Pan Shiyi y Zhang Xin, a la firma estadounidense Blackstone, citando razones de seguridad nacional. En este sentido, no sería sorprendente que Pekín busque influir en la transacción de CK Hutchison para evitar que estos puertos pasen a manos estadounidenses.
¿Qué está en juego para Panamá?
Más allá del enfrentamiento entre China y Estados Unidos, la posible venta de los puertos de CK Hutchison también tiene implicaciones para Panamá. El país centroamericano ha mantenido históricamente una política de apertura a la inversión extranjera, pero su posición en esta disputa podría afectar su relación con las dos mayores potencias económicas del mundo. Si bien la administración panameña no ha emitido declaraciones oficiales sobre el tema, es evidente que cualquier decisión tendrá repercusiones tanto en su comercio internacional como en sus alianzas estratégicas.
En términos prácticos, el canal de Panamá sigue siendo un punto neurálgico para el comercio mundial, y cualquier cambio en su administración o control puede tener efectos significativos en las dinámicas del comercio global. La incertidumbre sobre el futuro de los puertos y el posible impacto de esta venta en las relaciones entre China y Panamá abre un escenario complejo que las autoridades panameñas deberán manejar con cautela.
¿Una escalada en la rivalidad global?
La disputa en torno a la venta de los puertos de CK Hutchison en Panamá es un reflejo de la creciente rivalidad entre China y Estados Unidos en el ámbito del comercio internacional y el control de infraestructuras estratégicas. Mientras BlackRock avanza en la negociación para hacerse con estos activos, la reacción de Pekín sugiere que China no está dispuesta a ceder espacio en un punto tan crucial para su comercio exterior.
Aún está por verse si el gobierno chino tomará medidas concretas para frenar la transacción o si simplemente intensificará su presión diplomática y mediática. Lo que es seguro es que esta controversia refuerza la percepción de que la competencia entre las dos mayores economías del mundo ya no se limita a la tecnología y los aranceles, sino que se extiende a la infraestructura global y al dominio de las rutas comerciales estratégicas. Panamá, por su parte, se encuentra en una posición delicada, con la necesidad de equilibrar su relación con ambos gigantes sin comprometer su estabilidad económica ni su soberanía.