15 de febrero de 2025

El alto al fuego entre Israel y Hamás tras meses de devastación

16 de enero de 2025
16 de enero de 2025

Bogotá, 16 de enero de 2025. El acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás marca un momento clave en el conflicto que ha devastado Gaza y conmocionado al mundo. Sin embargo, su complejidad y los desafíos pendientes reflejan una paz precaria que podría desmoronarse ante la menor provocación.

Un acuerdo tardío pero vital

El pacto, anunciado oficialmente el 17 de enero, se produce después de meses de intensas negociaciones mediadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos. Aunque el alto el fuego era una necesidad apremiante desde los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejaron 1.200 muertos en su mayoría civiles israelíes, las partes involucradas se habían culpado mutuamente por los retrasos en alcanzar un consenso.

En los 15 meses de enfrentamientos, Gaza ha quedado reducida a ruinas. Más de 45.000 personas han perdido la vida, según estimaciones del Ministerio de Salud de Gaza. Con una población desplazada de más de 2,3 millones, la crisis humanitaria en la región es abrumadora.

El contenido del acuerdo: una tregua en tres fases

El pacto consta de tres fases diseñadas para reducir las hostilidades, garantizar la liberación de rehenes y prisioneros, y preparar el camino para la reconstrucción de Gaza.

Fase 1: La tregua inicial

Durante las primeras seis semanas, Hamás liberará a 33 rehenes israelíes, comenzando por mujeres, niños, ancianos y enfermos. Por cada rehén liberado, Israel liberará a decenas de prisioneros palestinos. Además, Israel permitirá la entrada de ayuda humanitaria y combustible en Gaza, lo que representa un respiro para una población al borde del colapso.

Sin embargo, Israel mantendrá tropas en el corredor Philadelphi, cerca de la frontera con Egipto, y establecerá zonas tapón de 800 metros en el este y norte de Gaza, una decisión que podría generar tensiones.

Fase 2: La liberación de rehenes restantes

En esta etapa, Hamás se compromete a liberar a todos los rehenes vivos y devolver los cuerpos de aquellos que hayan fallecido. A cambio, Israel liberará a más prisioneros palestinos, aunque ha rechazado la liberación de combatientes que participaron en los atentados del 7 de octubre.

Fase 3: La reconstrucción de Gaza

La reconstrucción de Gaza será el reto más prolongado y complejo. Grandes zonas del territorio han sido destruidas, y la cuestión de quién administrará Gaza sigue sin resolverse. Israel se opone tanto a la continuidad de Hamás como al regreso de la Autoridad Palestina (AP) como gobernantes, y ha planteado la idea de una administración provisional respaldada por Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos.

Crédito: Instagram Benjamin Netanyahu.

Tensiones políticas y obstáculos 

Aunque el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha respaldado el acuerdo, enfrenta oposición dentro de su propio gabinete, especialmente de figuras ultranacionalistas como Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir. Por su parte, Hamás teme que Israel reanude las hostilidades tras garantizar la liberación de sus rehenes, un temor alimentado por experiencias pasadas.

Además, la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia investigan acusaciones de crímenes de guerra y genocidio contra Israel, lo que añade presión a la ya tensa situación política y diplomática.

Repercusiones regionales y geoestratégicas

La guerra ha transformado el panorama político de Medio Oriente. La intervención de Hezbolá, seguida de una contundente respuesta israelí, debilitó significativamente al grupo libanés y contribuyó al colapso del régimen de Bashar al Assad en Siria. Sin embargo, la posibilidad de un conflicto regional más amplio ha sido contenida en gran medida gracias a la presión diplomática de la administración Biden, que se ha atribuido el mérito de evitar una escalada mayor.

Una paz frágil y llena de incógnitas

El éxito del alto el fuego depende de factores inciertos. La viabilidad de una administración interina en Gaza, el compromiso de Israel y Hamás para mantener la tregua, y la respuesta internacional en términos de apoyo humanitario y diplomático serán determinantes.

Los antecedentes de fracasos en acuerdos similares entre Israel y Hamás, sumados a las tensiones inherentes al conflicto, convierten este cese al fuego en una apuesta arriesgada. Un pequeño incidente podría desencadenar nuevamente una espiral de violencia, poniendo en peligro los frágiles cimientos de esta tregua.

Un rayo de esperanza en medio del caos

A pesar de las incertidumbres, el acuerdo representa una oportunidad única para aliviar el sufrimiento humano y sentar las bases para una paz más duradera. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad de las partes involucradas para priorizar las vidas humanas por encima de los intereses políticos y militares.

Mientras la región observa con cautela, el mundo espera que este alto el fuego marque el comienzo de una nueva era de diálogo y reconstrucción en Gaza, una región que ha soportado demasiadas décadas de conflicto y dolor.