Trump selecciona a Marco Rubio como posible secretario de Estado
Nueva York, 12 de noviembre de 2024. Donald Trump habría decidido nombrar al senador por Florida, Marco Rubio, como secretario de Estado, lo que marcaría un cambio importante en la diplomacia estadounidense, con un enfoque más pragmático y conservador. Rubio, de origen cubano y un defensor de políticas duras frente a países como China e Irán, sería el primer latino en liderar el Departamento de Estado, según fuentes cercanas al equipo de transición.
Rubio, con más de una década de experiencia en el Senado, ha forjado una reputación de “halcón” en política exterior. Su postura ha sido clara y contundente en temas críticos: promueve sanciones contra regímenes de países como Venezuela y Cuba, respalda una política restrictiva hacia Irán, y se opone rotundamente a la expansión de la influencia de China. Como miembro del Comité de Relaciones Exteriores y vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia, Rubio ha abanderado causas que buscan asegurar la preeminencia de Estados Unidos frente a amenazas estratégicas.
En recientes declaraciones a CNN, Rubio sugirió que Estados Unidos necesita adoptar una política exterior “pragmática”, reconociendo la formación de alianzas entre sus adversarios globales. A su juicio, la colaboración creciente entre países como Rusia, China, Corea del Norte e Irán representa un desafío que requerirá una estrategia flexible y centrada en los intereses de seguridad y economía nacional.
Un equipo diplomático alineado
El equipo de Trump para política exterior también incluiría a la congresista Elise Stefanik como embajadora ante la ONU y al congresista Mike Waltz como consejero de seguridad nacional. La selección de Rubio y sus colegas muestra una intención clara de dar un giro en la política exterior, buscando alianzas más firmes y con un enfoque que combina pragmatismo y firmeza en temas de seguridad global.
Cambio de postura respecto a Ucrania
Rubio, quien en el pasado fue uno de los mayores defensores de la ayuda militar a Ucrania, votó en contra de un reciente paquete de ayuda económica para el país, argumentando que Estados Unidos necesita ser más prudente en cómo distribuye sus recursos en el exterior. No obstante, el senador sigue convencido de que la guerra en Ucrania requiere un acuerdo negociado que permita a ese país tener una posición de fuerza frente a Rusia. En una entrevista con NBC, Rubio aclaró que, aunque no apoya a Rusia, considera que la paz en la región pasa por una negociación que beneficie a Ucrania.
Viejas rivalidades, nuevas alianzas
Aunque en las primarias republicanas de 2016 Trump y Rubio intercambiaron duras críticas –Trump llegó a apodarlo “el pequeño Marco”–, esas diferencias parecen haber quedado atrás. Durante la última campaña presidencial, Rubio apoyó públicamente a Trump en varios eventos clave, ayudando a captar el voto latino en estados importantes. Su apoyo ha sido clave en la consolidación de la base republicana y en el impulso de Trump entre los votantes hispanos.
Desafíos en el horizonte
Rubio asumiría el Departamento de Estado en un momento complicado, con conflictos activos en Ucrania y en Medio Oriente, y con una agenda de política exterior que necesitará abordar temas sensibles como las relaciones con China, las tensiones con Irán y el respaldo a Israel en los enfrentamientos en Gaza y el Líbano. Entre sus prioridades también se encuentra la reforma de las alianzas globales y el fortalecimiento de la posición de Estados Unidos como líder mundial, con un énfasis en preservar los intereses económicos y de seguridad.
La llegada de Rubio como secretario de Estado añadiría un perfil conservador a la política exterior de Estados Unidos, con posiciones firmes en temas de derechos humanos y una política de defensa alineada con los valores tradicionales del Partido Republicano.