13 de enero de 2025

Editorial ¿Qué esperar de Trumpeconomics?

Por La Redactora
8 de noviembre de 2024
Por La Redactora
8 de noviembre de 2024

El probable impacto de los aranceles y las políticas fiscales del segundo mandato de Trump podría desencadenar una economía más volátil, con consecuencias para sectores clave como el automotriz y el acero, y una creciente fragmentación en el comercio global.

 

En la política económica de Estados Unidos, el nombre de Trump se ha asociado con un enfoque proteccionista, marcado por recortes fiscales, un aumento sustancial del gasto federal y una postura agresiva en cuanto a aranceles e inmigración. Durante su primer mandato, estas políticas produjeron un crecimiento económico robusto en sus primeros años, pero también estuvieron acompañadas de tensiones comerciales y una inflación que, con el tiempo, afectó la estabilidad general de la economía. Ahora, con la posibilidad de un regreso de Trump a la Casa Blanca, las proyecciones sugieren que podríamos estar ante una versión más radical y compleja de lo que algunos ya denominan Trumpeconomics.

Según un análisis de Oxford Economics, el escenario de un segundo mandato de Trump ofrecería un inicio económico más fuerte, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) impulsado por sus promesas de expansión fiscal y monetaria. Sin embargo, las proyecciones también advierten sobre una corrección económica significativa hacia el final de la década. Para 2028, se anticipa una inflación descontrolada, un mercado laboral en ajuste y una contracción del comercio internacional. Este giro refleja una versión más radical de las políticas del primer mandato, ahora potenciadas por un Congreso republicano completamente alineado con la agenda del expresidente.

Las promesas de Trump de recortar impuestos y aumentar el gasto en defensa podrían impulsar el crecimiento económico a corto plazo. Pero como señala el análisis de Foreign Policy, este impulso se traduciría en una economía de altibajos, en la que algunos sectores saldrían ganando y otros perderían. El aumento de la deuda pública y la expansión fiscal sin una estrategia clara para mitigar la inflación podrían desencadenar un rápido repunte en los precios, lo que afectaría el poder adquisitivo de los ciudadanos y pondría en riesgo la estabilidad a largo plazo.

Uno de los elementos más controversiales de las políticas de Trump ha sido su enfoque hacia los aranceles. En su primer mandato, el expresidente impuso tarifas elevadas a productos chinos y a otros socios comerciales clave. Su promesa de imponer aranceles de hasta un 20% a todos los socios comerciales y hasta un 60% a China en un segundo mandato podría tener repercusiones mucho más profundas. Estos aranceles no solo afectarían a los sectores directamente implicados, como la industria automotriz y la metalúrgica, sino que también generarían una distorsión significativa en la balanza comercial de EE.UU. y contribuirían a un aumento de la inflación.

El impacto no se limitaría únicamente a los países que se verían directamente afectados por las tarifas. Una posible reorientación de los flujos comerciales globales, al intentar reducir la dependencia de Estados Unidos, podría desencadenar un efecto dominó en otras regiones del mundo. Aunque algunos países podrían diversificar sus mercados para mitigar el impacto negativo, como sugiere Oxford Economics, este proceso de adaptación no sería fácil ni inmediato, y el éxito dependería de la capacidad de los países para encontrar nuevos socios comerciales sin depender de las importaciones estadounidenses.

A pesar de que el retorno de Trump a la Casa Blanca podría generar un crecimiento económico a corto plazo, los efectos a largo plazo son mucho más inciertos. Un enfoque agresivo en política fiscal y comercial podría beneficiar a sectores como el de defensa, pero tendría efectos negativos sobre las industrias más dependientes del comercio internacional. Al mismo tiempo, el aumento de la inflación y las crecientes tensiones comerciales podrían llevar a una desaceleración económica hacia 2028, creando una economía polarizada y más vulnerable a las crisis.

Al final del día, un segundo mandato de Trump podría dar lugar a una economía más fragmentada y volátil. Los sectores que se beneficien del proteccionismo y la expansión fiscal podrían prosperar, mientras que otros se verían perjudicados por políticas que dificultan el comercio internacional y exacerban las tensiones geopolíticas. Lo que se avecina, en última instancia, es probablemente una montaña rusa económica, con un crecimiento impulsado por medidas de corto alcance, pero con consecuencias impredecibles que podrían alterar el equilibrio global durante décadas.