Estados Unidos presiona a Israel por bloqueo en Gaza
Barcelona, 13 de noviembre de 2024. La crisis humanitaria en Gaza se intensifica mientras el gobierno de Benjamín Netanyahu mantiene un bloqueo que restringe el acceso de ayuda humanitaria y suministros básicos, afectando a miles de civiles. A pesar de un reciente ultimátum de la administración de Joe Biden, que insta a Israel a cumplir con sus obligaciones humanitarias, la situación en la Franja sigue deteriorándose.
Hace un mes, los secretarios de Estado y de Defensa de Estados Unidos, Antony Blinken y Lloyd Austin, enviaron una carta a Netanyahu exigiendo que Israel permitiera la entrada de ayuda en Gaza en un plazo de 30 días. De no hacerlo, advirtieron, Washington podría revisar su apoyo militar. Sin embargo, el ultimátum ha pasado sin un cambio significativo en la situación. La administración de Biden enfrenta una disyuntiva, ya que su respuesta ante esta crisis también refleja su posición sobre el cumplimiento de derechos humanos en conflictos internacionales. Pero esta presión llega en un momento crítico: las recientes elecciones estadounidenses han dado lugar a un presidente electo, Donald Trump, que ha prometido una postura más favorable hacia Israel.
El posible regreso de Trump al poder ya está siendo celebrado por la ultraderecha israelí, representada por el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien espera avanzar con la anexión de asentamientos en Cisjordania. Este proyecto de expansión territorial podría desencadenar nuevas tensiones diplomáticas y sanciones, especialmente por parte de la Unión Europea, que ya ha impuesto sanciones a colonos violentos y ha advertido sobre posibles medidas adicionales. En contraste, la administración Biden ha apoyado la solución de dos Estados y los acuerdos de paz, postura que podría ser desmantelada con un cambio de política en la Casa Blanca.
La continuación de las operaciones militares en el norte de Gaza, junto con el bloqueo, está siendo interpretada como una estrategia que no solo busca debilitar a Hamás, sino también afianzar el control israelí en el territorio, poniendo en peligro los principios de paz defendidos por EE. UU. y la UE. Este enfoque podría socavar los acuerdos históricos, como los Acuerdos de Oslo, y desatar un conflicto a mayor escala en Oriente Próximo.
La creciente presión sobre Israel coloca también a la Unión Europea en una posición delicada. La posible falta de firmeza de EE. UU. en el futuro cercano plantea la necesidad de que Europa asuma un papel más activo e independiente en la política exterior hacia Oriente Próximo. Esto podría incluir la intensificación de sanciones contra actores que violen los derechos de los palestinos, el aumento de ayuda humanitaria en Gaza, y el impulso de un alto al fuego que preserve los fundamentos de una paz duradera.
A medida que se aproxima un posible giro en la política exterior estadounidense, la situación en Gaza se vuelve un reflejo de las complejas alianzas e intereses que rodean el conflicto. En un escenario en el que los civiles de Gaza se enfrentan a una hambruna y una crisis humanitaria sin precedentes, la reacción de la comunidad internacional determinará no solo la estabilidad de la región, sino también los valores y principios que guiarán su diplomacia en los años venideros.