Elecciones Uruguay 2024 Uruguay define su futuro en segunda vuelta: Yamandú Orsi y Álvaro Delgado, dos estilos parecidos en la contienda presidencial
Montevideo, 28 de octubre de 2024. El próximo 24 de noviembre, Uruguay vivirá una segunda vuelta electoral que definirá el futuro político del país. Los candidatos en contienda, Yamandú Orsi, representante del Frente Amplio (izquierda), y Álvaro Delgado, del Partido Nacional (centroderecha), proponen un enfoque moderado que se distancia de los extremos ideológicos característicos de otros escenarios latinoamericanos.
Orsi, de 57 años, obtuvo el 43,7% en la primera vuelta, seguido de Delgado, de 55, quien logró el 26,9%. Esta elección no solo marcará el rumbo del país, sino también el enfoque de dos figuras que, si bien representan corrientes ideológicas opuestas, comparten una visión de estabilidad y progreso incremental.
Dos líderes, dos trayectorias
Yamandú Orsi y Álvaro Delgado representan trayectorias de vida y estilos de liderazgo distintos, aunque comparten una profunda conexión con la política uruguaya. Orsi, un profesor de historia con una larga trayectoria en la administración pública, trabajó como intendente de Canelones desde 2015 hasta principios de este año, destacándose por su cercanía con los ciudadanos y su enfoque en la descentralización. Por otro lado, Delgado, veterinario de profesión, ha ocupado cargos estratégicos en la administración pública, como inspector de Trabajo, diputado, senador y, más recientemente, secretario de la presidencia de Luis Lacalle Pou, cargo desde el cual gestionó varias políticas del actual gobierno, especialmente en temas de salud pública durante la pandemia de COVID-19.
Ambos candidatos crecieron en Uruguay en la transición hacia la democracia y forjaron su compromiso político en un contexto de transformación nacional. Mientras Orsi enfoca su discurso en la justicia social y la mejora de los servicios públicos, Delgado apuesta por un desarrollo económico que impulse la competitividad del país, preservando al mismo tiempo la estabilidad política y la cohesión social. Los dos candidatos priorizan el diálogo y el consenso sobre el enfrentamiento directo, con estilos de comunicación que apelan a un electorado que valora la estabilidad y la continuidad.
Propuestas con un enfoque similar
Aunque Orsi y Delgado pertenecen a bloques políticos con fundamentos ideológicos diferentes, sus programas de gobierno presentan puntos en común que reflejan una visión moderada de Uruguay. Entre sus prioridades, ambos proponen enfrentar la pobreza infantil, que afecta al 20% de los niños menores de seis años en Uruguay, mediante la universalización de la educación inicial y la expansión de las escuelas de tiempo completo. Ambos líderes reconocen que la pobreza infantil y la educación son retos esenciales para el futuro del país, coincidiendo en que la solución pasa por la inversión en el desarrollo de los más jóvenes.
En cuanto a la economía, los dos candidatos coinciden en la importancia de mantener un crecimiento sostenido, con proyecciones del PIB moderadas, pero apuntan a modelos de desarrollo que aseguren oportunidades equitativas para todos los uruguayos. A diferencia de enfoques drásticos que han caracterizado otras campañas, tanto Delgado como Orsi sugieren cambios graduales que preserven la estabilidad económica y social del país.
Seguridad pública y el desafío del narcotráfico
La seguridad es una preocupación creciente para los uruguayos, que han visto un aumento en la violencia vinculada al narcotráfico. En 2023, la tasa de homicidios en el país alcanzó los 10,7 por cada 100.000 habitantes, casi el doble que en 2005. En respuesta, ambos candidatos han propuesto enfoques similares para fortalecer las instituciones policiales y judiciales, priorizando la coordinación entre las distintas fuerzas de seguridad y estrategias que permitan reducir el crimen sin perder de vista el respeto a los derechos humanos.
Alianzas y la clave de la segunda vuelta
En esta recta final, los votos de los partidos que quedaron fuera de la contienda serán cruciales. Con el 16,1% de los votos, Andrés Ojeda, del Partido Colorado, es una figura influyente en el desenlace, ya que el Partido Colorado ha sido aliado del Partido Nacional en la coalición de gobierno de Lacalle Pou. Asimismo, los seguidores del Partido Independiente y Cabildo Abierto, que también forman parte de esta “coalición multicolor”, podrían inclinarse hacia Delgado en el balotaje.
Orsi, sin embargo, ha fortalecido su mensaje hacia los votantes que buscan una alternativa más social en sus políticas, confiando en su historial de logros en Canelones para atraer a votantes de centro e independientes. Además, el Frente Amplio ha mostrado un desempeño sólido en segundas vueltas en elecciones anteriores, lo que representa una ventaja para Orsi en la recta final.
Un debate obligatorio y la definición de una elección
A diferencia de la primera vuelta, la campaña hacia el balotaje incluirá un debate obligatorio entre ambos candidatos, donde se pondrán a prueba sus habilidades comunicativas y su capacidad para conectar con los votantes indecisos. Mientras que Delgado cuenta con la experiencia de su trayectoria parlamentaria y en la administración nacional, Orsi destaca su enfoque en la ética y la transparencia, habiendo impulsado durante la campaña la «honestidad» como uno de los ejes principales de su mensaje.
Uruguay se encuentra, así, en una encrucijada entre dos propuestas que, aunque representativas de distintos sectores políticos, reflejan una moderación que busca conservar la estabilidad del país en un contexto regional volátil. La elección entre Orsi y Delgado no solo definirá el próximo presidente de Uruguay, sino también el modelo de liderazgo que los ciudadanos valoran para los retos que el país enfrentará en el futuro próximo.