22 de enero de 2025

Las grandes obras resultado del civismo en Pereira

24 de septiembre de 2024
Por Víctor Zuluaga Gómez
Por Víctor Zuluaga Gómez
24 de septiembre de 2024

Decía en un artículo anterior que iniciado el siglo XX, lo que hoy conocemos como Eje Cafetero comenzó una bonanza económica como resultado de la calidad de los precios del café. Al mismo tiempo, se comenzaron muchas obras de infraestructura, en las cuales los Comités de Cafeteros locales jugaron un papel fundamental, en construcción de escuelas, electrificación y vías de comunicación, entre otros.

En el caso del aeropuerto Matecaña, su construcción representaba un gran desafío, toda vez que el área en donde se quería establecer, contaba con un deprimido, toda vez que es un área conocida como Nacederos, es decir, nacimiento de algunas quebradas que iban en dirección al Otún y otras al Consotá. El apoyo que tenía Pereira para adelantar el proyecto y realizar el relleno necesario para completar una pista suficiente para aeronaves, no lo encontró por parte de Cartago, cuando hacía parte Pereira de la Provincia del Quindío, cuya capital era Cartago. Y menos de Manizales, ciudad con la cual mantenía una rivalidad de viaja data. Entonces la dirigencia pereirana hace un llamado a su población con el fin de dar aportes en dinero, pero también a participar en jornadas de construcción en donde los pobladores llevaban instrumentos para realizar trabajos en lo que sería la pista de aviación, así como reinados para recaudar fondos.

El otro caso fue el de la Villa Olímpica, su construcción, que requirió también la participación ciudadana y en ese proceso la presencia del sacerdote Antonio José Valencia fue fundamental, en la medida que se convirtió en el principal impulsor de convites cívicos para hacer realidad la Villa Olímpica, en donde jugó un papel también importante el arquitecto Hernán Ramírez Villegas.

En este último caso, la participación del clero fue innegable, pero debemos recordar que eran épocas en las cuales el poder que tenían los sacerdotes sobre sus fieles era enorme. Hoy, tenemos que aceptar que no disponen de tanto poder e incluso, es usual que deban salir de los templos para buscar a los fieles en los clubes sociales o en los centros comerciales para la realización de varios de los rituales religiosos. Algo semejante ocurre con la clase dirigente politizada, cuya imagen se ha deteriorado en gran forma.

Todo para decir que las estrategias para que el civismo resurja, deben ser diferentes a las que en el pasado se utilizaban.