19 de enero de 2025

El horrorismo y la ignorancia

3 de agosto de 2024
Por Víctor Zuluaga Gómez
Por Víctor Zuluaga Gómez
3 de agosto de 2024

Encontré en una revista llamada Tabula Rasa, de Bogotá, un artículo haciendo referencia a la mutilación genital que se practica en la comunidad indígena Embera Chamí, cuyo territorio ancestral se encuentra en Pueblo Rico y Mistrató, así como en Bagadó. El título del artículo me produjo pánico, para no decir que horror: “Horrorismo y biopolítica de la ablación. Racionalizaciones del indios en el conflicto armado colombiano”. La autora, una antropóloga argentina.

La autora en cuestión hace alusión, no solo al aspecto que tiene que ver con la mutilación que le realizan a las niñas en la comunidad Chamí, sino también a la violencia que se presenta en esos territorios ancestrales, debido, entre otros aspectos, a la explotación de vieja data, de oro.

He dicho que muchas de las decisiones que se toman en relación con comunidades indígenas y de afrodescendientes, se hacen de unos cómodos escritorios de la capital, y envían a realizar trabajos de etnografía a personas completamente ignorantes de las características de la comunidad en la cual van a desarrollar algún estudio. Lo acabamos de experimentar en el caso de la Guajira, con la compra de unos costosos carrotanques que difícilmente se pueden desplazar por la región.

Hubo un proyecto desarrollado por varios organismos nacionales e internacionales que consistió en sensibilizar a las mujeres para que no siguieran practicando la ablación y su proyecto culminó con un decreto que firmaron varios gobernadores indígenas, en donde a partir de expedido dicho decreto, quedaba prohibida la mutilación. Recuerdo que cuando el resultado de dicho estudio fue presentado en la Asamblea de Risaralda, di mi opinión en el sentido de que esa orden expedida por los gobernadores, podría tener el mismo efecto de un decreto del alcalde de Pereira en donde dijera que a partir de ese momento quedaban prohibidos los robos en la ciudad.

Porque, la mutilación que practican los Chamí, fue tomada de los esclavos procedentes de Mali, que laboraban en Tadó y además, se construyó un refuerzo mítico o religioso que consiste en plantear que el dios creador de los hombres sostiene los nueve mundos en tres dedos se una mano y cuando se cansa los pasa a la otra. Ese pasar de manos produce un desequilibrio tal que si en ese momento las mujeres que estén realizando el acto sexual, contorsionan, los mundos pueden caer al vacío y todo se acaba.

En un próximo artículo ampliaré el tema.