22 de enero de 2025

De ejemplo en ejemplo

2 de agosto de 2024
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
2 de agosto de 2024

No es raro lo que se sucede a cada rato en el país, a la vista de todos y nadie dice nada. Quizás no se dice nada, porque carecemos (todos ?) de los conocimientos sobre lo que vemos y callamos. Así que callan los que educaron a quienes hacen lo que hacen con desparpajo ante todos.

Y es una lástima que esté sucediendo así. Todo, porque desde hace años, en una de esas reformas a la educación, se resolvió que en las escuelas y colegios era una idiotez, o como se le llame a eso, el enseñar Urbanidad, Civismo e Historia. El resultado? Ya lo vemos, como veremos unos años más adelante lo que se pretende ahora con la reforma a la Educación.

Digamos, simplemente, que la educación a partir de ahora es un derecho. Vaya, como si no lo hubiese sido por siempre, claro que ahora ese derecho será reglado por los mismos estudiantes. Vaya! Que la educación será gratuita en adelante, es aparentemente una gran cosa, solo que la gratuidad no garantiza la educación, como quiera que lo importante en la educación es el contenido, en donde la libertad de cátedra ocupa un segundo o tercer lugar, no como hoy pregonan quienes dicen defender la educación. Y no es la libertad de cátedra lo que debe primar, ya que la urbanidad, la cívica y la historia son una, cada una en su objetivo, así como las buenas maneras, el respeto a los símbolos patrios y las instituciones de la sociedad. Y lo que contiene la historia, no se puede cambiar a gusto del consumidor, tal y como se viene viendo y queriendo hacer hoy por hoy. Así es como vemos que algunos quieren cambiar la historia derribando una estatua; la de Belalcazar, por ejemplo, con lo qué, al tirar al suelo al conquistador, pretenden eliminar la conquista. Lo que se dio, así no lo queramos, fue, y no por rodar la imagen desaparece lo sucedido. Que estemos de acuerdo o no con lo habido en el tiempo es otra cosa. Y, derribar la escultura, conlleva también el daño a algo que nos es común, querido o no por unos, aceptado por otros o memoria digna para otros más. Se viola así el buen comportamiento al que estamos obligados. Y esa escultura es también parte de la cívica, ya que es un símbolo de lo que en un tiempo fue. Símbolo que contribuyó a construir lo que hoy es, a la par, otro símbolo; como símbolo es la bandera o el escudo o el himno nacional. Bandera que tiene el azul que divide los colores amarillo y rojo del imperio español. Azul es ese ancho mar que nos separa. Y de paso el “cesó la horrible noche” que igualmente nos recuerda lo que fue en su época lo que representa esa estatua. Que no nos guste la estatua, pues bien, pongámosla en otro lugar y todos tranquilos, pero destruir por destruir, solo es una manifestación tan reprochable como la que se busca repudiar en el conquistador.

Y como de educación hablamos, pensamos que en la educación los principios básicos para cada hombre (y me refiero a ambos sexos) son esenciales. Por lo que, el ejemplo de los padres y maestros, transmite lo que debe ser el actuar, siempre ceñido a la ética, a la honradez, a la honorabilidad, a la dignidad como lo más importante, sin confundir educación con el conocimiento, ya que lo uno, la educación, es fundamental para todos y el conocimiento si es a cada uno según sus necesidades e inclinaciones. Allí, en el conocimiento, la libertad de cátedra si tiene aplicación.

No podemos confundir, entonces, educación con conocimiento. Algunos saben de cierta materia profundamente, pero son unos mal educados.

Y, en medio de esta discusión, aún no sabemos de que manera, como y en qué fuentes abrevan nuestros “educadores”, pero, por los resultados, vamos mal.