Mentira, recurso de los temeroso
“ Más vale ser vencido diciendo la verdad, que triunfar por la mentira.”
Mahatma Gandhi.
La mentira es un acto de comunicación intencional en el cual se transmite información falsa con la intención de engañar, manipular o inducir a error a otra persona.
Cosa que no es verdad; así sencillamente define la real academia de la lengua, a la mentira.
La costumbre ha acuñado distintas clases de mentiras, como la piadosa, cuando no se dice la verdad para evitar a otro un disgusto o una pena. Y hasta se habla de la mentira oficiosa, que es aquella que se dice para obtener algún provecho o ventaja, sin causar daño a nadie.
La mentira implica una discrepancia entre lo que se dice y la realidad, con el propósito de ocultar la verdad, obtener algún beneficio personal o evitar consecuencias negativas.
Y no podemos dejar por fuera a la mentira, como método de manipulación política.
La mentira se considera una falta de honestidad y de integridad, ya que implica una falta de transparencia y una violación de la confianza entre las personas.
Hoy me quiero referir a la mentira que me atrevo a denominar, dolosa, que se transmite a sabiendas de que no es verdad y se monta con ella casi que una empresa criminal.
Esa mentira que peligrosamente se está enseñoreando en el país y que sin ningún control se está transmitiendo a través de medios masivos de comunicación, además de las redes sociales.
Esa mentira que están disfrazando de argumentación y que se multiplica tendenciosamente con el fin de engañar a los demás para encubrir la verdadera realidad.
Me refiero a esa mentira que se está construyendo para manipular a la opinión pública y tapar una serie de irregularidades que se han presentado en el país desde hace muchos años.
Lo más preocupante, lamentable y doloroso, es que de esta herramienta están echado mano, políticos, administradores públicos, sus corifeos y apoderados de personas vinculada a diferentes procesos, que, con superlativa capacidad de expresión, tratan de convencer a oyentes, lectores, televidentes.
Alguna vez leí esta frase del pintor y escritor español Santiago Rusiñol: “De todas las formas de engañar a los demás es posar de seriedad; es la que hace más estragos “ Y eso es exactamente lo que hacen los mencionados personajes.
El famoso naturalista, biólogo e ictiólogo francés, Jean Cocteau, decía, con relación a la mentira, que “un vaso medio vacío de vino es también uno medio lleno, pero una mentira a medias, de ningún modo es una media verdad”. Y esto, lamentablemente, se ha hecho un vicio estandarizado entre los voceros gubernamentales. Hay una borrachera de mentiras… “
Muy grave además y ya lo había mencionado en una columna anterior; ¿ como es que a través de las frecuencias de radio que son propiedad del Estado, se viole permanentemente la Constitución política nuestra que en su artículo 20, cuando se refiere a la libertad de expresión, claramente en uno de sus apartes consigna : “…la de informar y recibir información veraz e imparcial…” ?
Al político alemán Paul Joseph Goebbels se le atribuye la tesis de que la mentira se puede convertir en verdad a base de repetirla, y a eso estamos asistiendo ahora.
La mentira se considera una falta de honestidad y de integridad, ya que implica una falta de transparencia y una violación de la confianza entre las personas.
En contraste, la honestidad, la sinceridad y la transparencia en la comunicación son valores fundamentales para mantener relaciones saludables, construir la confianza y promover la integridad en la interacción humana. Evitar la mentira y fomentar la verdad son aspectos clave en la construcción de una sociedad basada en la confianza, el respeto y la ética.