15 de enero de 2025

Prudencia, huella de sabiduría.

29 de junio de 2024
Por Eduardo Aristizábal P.
Por Eduardo Aristizábal P.
29 de junio de 2024

El que es prudente es moderado, el que es moderado es constante, el que es constante es imperturbable, el que es imperturbable vive sin tristeza, el que vive sin tristeza es feliz, luego, el prudente es feliz, decía Séneca.

Prudencia, palabra etimológicamente procedente del latina prudentia y del italiano prudenza.

 

Cualidad que consiste en actuar o hablar con cuidado, de forma justa y adecuada, con cautela, con moderación, con previsión y reflexión, con sensatez y con precaución para evitar posibles daños, dificultades, males e inconvenientes.

La Real Academia de la Lengua la define como templanza, cautela, moderación, sensatez, buen juicio y agrega que en el cristianismo es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello.

El infaltable Google, habla de capacidad de pensar ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles a que estos conllevan y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios.

Si hacemos una sumatoria de todo lo anterior, podemos concluir que prudencia tiene que ver con templanza, austeridad, parquedad, sobriedad, mesura, continencia, moderación, sensatez, precaución, mesura, ponderación, cordura, discreción, cautela, formalidad, moderación, sabiduría, reflexión, madurez, seriedad, lógica, buen juicio o razón de la persona.

 

Todo esto parece un juego, pero no es el objetivo. Al contrario, es una seria invitación a poner en práctica el ejercicio de este sustantivo, que también se convierte en adjetivo cuando hablamos de la prudencia como cualidad de alguien.

Si nos detenemos solamente a analizar las dificultades que se han venido presentando en los últimos años como secuelas de la pandemia, en el mundo, nos damos cuenta de estadísticas negativas precisamente por la falta de prudencia en muchas personas que hacen caso omiso a las indicaciones de las autoridades civiles y sanitarias para evitar contagios.

En la vida diaria, tomando decisiones sin analizarlas previamente y muchas veces sobre temas desconocidos. Las actuaciones irresponsables en escenarios o actividades en las cuales no se tiene la más elemental formación.

Es muy común entre nosotros hablar del sentido común como el menos común de los sentidos, pero a ese escaso sentido común le tenemos que aplicar precaución, mesura, cuidado, buen juicio, como factores de superlativa importancia en la toma de decisiones.

Recurriendo también otra de nuestras manidas frases, tomemos la experiencia en cabeza ajena y no repitamos actos como los que han originado las ya comunes tragedias en carretas, piscinas, condominios, generalmente con resultados mortales.

Multipliquemos el mensaje y demos ejemplo para evitar aciagos momentos en las familias. Seamos moderados, sensatos, precavidos, mesurados, y disfrutemos sanamente de la vida.