20 de enero de 2025

Jalisco y los sindicatos

28 de junio de 2024
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
28 de junio de 2024
La semana que termina nos permitío ver la forma en la cual el actual gobierno asume sus derrotas en el Congreso, razón por la cual decir que actúa al igual que Jalisco, el de la canción ranchera y que dice que Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata.
Nada más parecido a lo que se ha sucedido cuando en el Congreso se retiraron del proyecto de ley de Reforma Laboral una serie de artículos dirigidos fundamentalmente a dar garantías a los sindicatos, es decir a quienes tienen ya un puesto de trabajo, olvidando, porque se ha olvidado, el mejorar las condiciones para la creación de puestos de trabajo, para con ello alcanzar unos indices de desempleo más bajos y la reducción de la informalidad en el mercado laboral.
Pues bien, no habiendo pasado mucho tiempo después de que se retiraron los artículos en mención, apareció el Ministerio de Trabajo con unos decretos en los que se daba transcurso a los artículos que la comisión en la cámara retiró de la Reforma Laboral. Aparece así, entonces Jalisco, a arrebatar lo que en principio fue llevado al Congreso, para tramitarlo como un simple decreto, burlando lo que, inicialmente, iba a ser tramitado como una ley.
Y la Comisión de la Cámara retiró esos artículos, ya que la pretensión del ministerio, reconocidamente sindicalista,  pretendía impedir que las empresas pudieran contratar con empresas especializadas, algunas de las operaciones que son de alguna manera tecnológicamente avanzadas. De esa manera, se coartas la libertad empresarial para realizar algunas operaciones por contrato o prestación de servicios. Se impedía, paralelamente, que haya empresas que dediquen su actuar a vender servicios especializados, como serían algunos servicios de laboratorio, controles de calidad e inclusive,  servicios de contabilidad, a más de otros, los que no podrían ser ofrecidos por esas otras empresas. Con tal disposición, es evidente que empresas de otra naturaleza, quizás pequenas, tendrían que licenciar sus empleados o destruir sus emprendimientos.
Además, se permitiría la huelga en las empresas de servicios esenciales a la sociedad, cosa que es a todas luces una afrenta a la comunidad. De paso, se prohiben los pactos laborales o acuerdos colectivos, quedando tales actividades reservadas a los sindicatos.
Todo lo anterior sobre la base de la queja sindical de que en Colombia el porcentaje de sindicalizados es muy bajo, no alcanzando más allá de un 7%, cuando en otros países alcanza el 30% y más. Olvidan lo sindicalistas que en otros lares los sindicatos son socios de los empresarios y, usualmente, sus pliegos de condiciones se inician con ofertas a los empleadores de incrementos en la productividad, la calidad y el compromiso laboral de mejoramiento en todos los órdenes, algo contrario a lo que entre nosotros sucede. No hay que olvidar, y lo deben entender los sindicalistas, que las experiencias colombianas han llevado a lamentables cierres y desastres empresariales, como lo hemos visto en Colpuertos, Ferrocarriles Nacionales, Telecom y muchos más en lo estatal y, en lo particular, Croydon.
Y, hablando de sindicatos desastrosos, basta mencionar a FECODE, en donde el oficio de Maestro se ha convertido en una defensa sin límites de la desidia de quienes tienen el compromiso de Educar y lo convierten en adoctrinamieto, pero olvidan los valores y principios como base de la formación de una sociedad. FECODE habla de la defensa de la Educación, pero faltan a su deber en todo sentido y solo unos pocos de los afiliados entienden su trabajo como una misión sagrada. Prueba de que el sindicato en el caso de FECODE es solo una guarida para malandros que en esa agrupación se escudan. Lo oído en estos días sobre la reforma a la educación nos dice todo y lo ratifican los resultados de las pruebas Pisa, en donde estamos cerca de los últimos.
Ya sabemos que al igual que con la reforma a la salud, la de educación y ahora la laboral, los mecanismos a los que acude el gobierno del cambio, son solo distractivos al llevarlos al Congreso, mientras los de actuar protervo son del uso del gobierno.
Ya sabemos.