16 de julio de 2025

Todavía está a tiempo, presidente Petro

23 de abril de 2024
Por Fernando Escobar Giraldo
Por Fernando Escobar Giraldo
23 de abril de 2024

Señor presidente Petro:

Dudo que usted lea este mensaje de un ciudadano común y corriente, pero nada ni nadie me impide escribirle. Quizás le llegue, nada pierdo.

No sé cómo se sintió ni qué comentó acerca de las marchas en diversas ciudades del país. Supongo debió ser incómodo y molesto para usted. Las manifestaciones públicas son una herramienta del pueblo para expresar su inconformidad. Ignoramos, por supuesto, cuántos de esos que marcharon, son o están arrepentidos de haber votado por usted. Ni cuántos se oponen a usted tan solo llevados por impulsos, guiados por las noticias falsas, motivados por grupos con intereses opuestos a los suyos. Ni cuántos son conocedores a profundidad de lo que hace y representa su gobierno, para bien o para mal.

 

Ocurrió algo sorprendente. Todo transcurrió en paz, en una nación donde alborotar pasiones y conducir las masas hacia la violencia no parece ser cosa difícil. Eso está demostrado.

 

A mi entender, eso ocurrió gracias a varios factores que se convierten, irónicamente, en puntos positivos para su gobierno y que nos alegran a los colombianos de bien, que invocamos siempre la paz. Al no haber existido amenazas ni represión por parte del estado, ni haber existido provocaciones de parte de sus más fervientes seguidores, ni presencia de la tristemente célebre “primera línea”, no se dio la oportunidad para que, como lamentablemente ha ocurrido en otras ocasiones, se hubiese derramado sangre.

 

Estoy de acuerdo con usted, señor Presidente, en que las reformas para un país son necesarias y que es absurdo que nuestro Congreso se niegue a discutirlas ya que es el mismo Congreso el que tiene la potestad de modificarlas, rechazarlas, ajustarlas. El pueblo paga las consecuencias cuando los intereses políticos, y en muchas ocasiones individuales, de las partes involucradas, están por encima de la sensatez, la equidad, la justicia, el diálogo. No dudo que equipos integrados por personas capacitadas han redactado esas propuestas. Eso no significa que tengan la razón, pero es realmente triste, por no decir infame, que el poder legislativo nuestro evite la discusión con decisiones tomadas por un pequeño grupo.

 

Una prueba de que se pueden discutir y cambiar las propuestas, está dada con la reforma del sistema pensional que está en curso.

La reforma a la salud, mientras tanto, fue empantanada sin darle la oportunidad al diálogo y a los ajustes. Estoy entre quienes creen que regresar al estado el manejo del sistema de salud es algo delicado y que debe discutirse mucho, pero el Congreso no admitió el debate. En Colombia estamos en la discusión de si las IPSs, las EPSs, en fin, han funcionado, funcionan o no. He visto parte de los resultados de las investigaciones del grupo liderado por la doctora Carolina Corcho con las conclusiones de cómo han abusado y se han robado los fondos dedicados a cuidar la salud de los colombianos.

Y claro Presidente, eso le da la razón a usted. Esa reforma es necesaria, no quizás con los detalles que usted la plantea, pero debe hacerse para sacar al país del pozo en el que se encuentra ese sistema.

NOS DAN EJEMPLO
Pero mientras aquí estamos en esa comedia política, en otros rincones del mundo, la discusión sobre el tema del cuidado de salud, se centra en conceptos más elevados.

 

Por invitación de la oficina de prensa del Banco Mundial, tuve la oportunidad de asistir la semana pasada a una de los llamadas “Reuniones de Primavera”, organizadas por el Banco y por el Fondo Monetario Internacional, en el cual el tema de la salud fue el único tratado, al más elevado nivel. Allí el Grupo Banco Mundial anunció un ambicioso plan para ayudar a los países a brindar servicios de salud asequibles y de calidad a 1500 millones de personas para 2030. Esto forma parte de un esfuerzo global más amplio dirigido a ofrecer un estándar básico de atención en todas las etapas de la vida: infancia, niñez, adolescencia y adultez. Me pregunto si Colombia, en las actuales circunstancias, podrá aspirar a una tajada de la multimillonaria ayuda ofrecida para sacar adelante este proyecto del cual existe mucho para hablar.

 

En esa reunión, el ministro de Finanzas de Japón, Shun’ichi Suzuk, anunció la puesta en marcha de un Centro de Conocimientos sobre la Cobertura Universal de Salud dirigido a mejorar la capacidad de los ministerios de Salud y Finanzas, iniciativa que cuenta con el apoyo del Banco y de la Organización Mundial de la Salud. Me pregunto si nuestro gobierno ya tocó puertas allí.

 

Allí también, el ministro de Salud de Egipto mostró al mundo cómo ha operado la reforma del sistema de salud en su país. Estas son parte de sus palabras: “Aunque Egipto fue uno de los países en ofrecer seguros de salud ya en 1962, el objetivo ahí fue cubrir a toda la población. Pero con el tiempo nos dimos cuenta de que el sistema no cubría a toda la población y, desde el punto de vista financiero, terminó siendo insostenible e ineficiente y no logró sus objetivos. Así que hace cuatro años decidimos hacer un cambio: reducir este seguro y cambiarlo y transformarlo en un modelo con un diseño diferente. Y decidimos dividir el financiamiento del sistema de la asequibilidad o la capacidad del ministro de Hacienda de ofrecer financiamiento o no, porque eso depende del presupuesto, pero crear más bien un monto de dinero individual y tener los recursos necesarios para asegurarnos de que el sistema fuera sostenible desde el punto de vista financiero por mucho tiempo. Y, segundo, que cubriera a toda la familia. Y a todas las familias. Y asegurarnos de que los sectores público y privado compitan entre sí para asegurarse de que el gobierno ya deje de ser responsable de ofrecer atención de la salud totalmente, sino que sirva para ayudar a los ciudadanos en los lugares en donde los ciudadanos quieren recibir el servicio. Y crear un centro público para ofrecer servicios, pero con la alianza con el sector privado. Y luego también trabajar con un regulador. El regulador es el que da la acreditación. O sea que hay tres organizaciones. Primero, el proveedor, luego el comprador y luego el regulador que ofrece acreditación y control de calidad. En estos cuatro años, hemos podido empezar con este nuevo sistema y logramos crear financiamiento y obtenerlo de diferentes fuentes”.

 

Pero usted, señor Presidente Petro, con todo respeto, está a punto de ponerle más leña al fuego en vez de buscar el diálogo, la reconciliación y ayudas externas e internas.

 

Usted está convocando a una marcha para el primero de Mayo. No caiga, por Dios, en la insensata idea de varios de sus colegas gobernantes en América Latina quienes tratan, a base de marchas, imponer sus ideas. Haga a un lado su arrogancia, por el bien del país, por el bien de su gobierno, por el bien de quienes aún creen en usted. Está a tiempo.

Estas son palabras suyas esta semana, dirigidas a la oposición: “deje de gritar mentiras”, que “no le robaran la pensión a nadie”, ni tampoco le van a quitar la EPS a la gente, sino que “no permitirán que se roben el dinero”.

 

¿Se imagina si en esas marchas, convocadas por usted, se desatan las pasiones y la violencia vuelve a cobrar vidas de colombianos? Usted saldrá a decir que la derecha es la culpable y la derecha dirá que usted tiene la culpa. Su frase de: “ya habló el odio, ahora que hable el amor”, suena muy arrogante Presidente. No queremos “amor con sangre”. Si usted cambiara el tono, quizás todos nos veríamos beneficiados. El respaldo del pueblo no se consigue cargando buses con pasajeros rumbo a marchas que no solucionan los serios