Expertos de la UNAL analizan los desafíos para combatir el crimen organizado en Colombia, el segundo país con mayor incidencia de este fenómeno
Según un índice de la ONU, Colombia es el segundo país del mundo con mayor incidencia de crimen organizado, un fenómeno que afecta la seguridad y el desarrollo nacional. Expertos de la UNAL analizaron los desafíos y las alternativas para enfrentar este flagelo en el III Congreso internacional de derecho penal económico.

Bogotá, 28 de octubre de 2023. Según el Índice Mundial de Crimen Organizado 2023, Colombia ocupa el segundo lugar entre 193 países miembros de la ONU en incidencia de este fenómeno, que representa una amenaza para la seguridad y el desarrollo nacional.
El crimen organizado se refiere a grupos dedicados a actividades ilícitas como el narcotráfico, la extorsión, el contrabando, el lavado de dinero y la trata de personas, que además de estar altamente estructurados, tienen una gran capacidad de ejercer violencia y corrupción.
En el III Congreso internacional: Problemas de derecho penal económico, crimen organizado y corrupción, organizado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), expertos analizaron los desafíos que enfrenta el país para combatir este flagelo.
El profesor Jhon Zuluaga Taborda, de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, señaló que es difícil aplicar conceptos clásicos de conducta y responsabilidad en un escenario donde las modalidades de intervención en el delito son especialmente complejas y variadas.
“Un sistema restrictivo de intervención en el hecho punible resulta completamente desdibujado en el ámbito de la criminalidad organizada. El concepto clásico de conducta individual articulada a estas modalidades de criminalidad debería ser pilar de la construcción de modelos de persecución del crimen organizado”, dijo.
Por su parte, el profesor Estanislao Escalante Barreto, de la misma Facultad y director de la Escuela de Investigación y Pensamiento Penal Luis Carlos Pérez (Polcrymed), hizo énfasis en la necesidad de abandonar la metáfora de la guerra en la lucha contra el crimen organizado.
“Debemos buscar un modelo de gestión de riesgos que reduzca al máximo las actividades delictivas sin recurrir a estrategias globales de criminalización”, afirmó.
En ese sentido, la política criminal debería dejar de ser un mandato global de guerra contra el enemigo y, por lo contrario, mirar más la realidad social de cada país. Con ese enfoque, por ejemplo, se contempla la transformación de políticas ilegales hacia economías productivas alternativas, tomando como ejemplo el potencial de la industria del cannabis en Colombia.
“La legalización total de todo lo que tiene que ver con la cadena productiva del cannabis no solo reduciría la incidencia delictiva, sino que también ofrecería oportunidades económicas porque tiene muchas aplicaciones desde lo farmacéutico hasta lo textil”, puntualizó el profesor Escalante.
El académico también explicó las diferentes formas de organización del crimen, que van desde las jerarquías clásicas hasta las redes complejas. Estas últimas se caracterizan por tener múltiples actores que colaboran entre sí sin seguir una estructura piramidal.
“Lo que ocurre actualmente es que una organización criminal puede tener todas esas estructuras dentro de una sola red y formar parte de la misma red. Un ejemplo es lo que ocurre con las FARC, donde un mando central ocupa el núcleo y diversas organizaciones se despliegan a su alrededor”, precisó.
El Índice Mundial de Crimen Organizado 2023 es una herramienta que mide el impacto del crimen organizado en los países del mundo, basándose en cuatro indicadores: prevalencia, gravedad, respuesta estatal y vulnerabilidad social. El primer lugar lo ocupa México, seguido por Colombia y Brasil.