2 de diciembre de 2023

El mayor esclavista de la región

23 de septiembre de 2023
Por Víctor Zuluaga Gómez
Por Víctor Zuluaga Gómez
23 de septiembre de 2023

Durante el siglo XIX, el poder que tuvo el Cauca era inmenso. La mayor cantidad de presidentes, generales y alto clero, pertenecían a familias tradicionales de Popayán. Todo el poder derivaba del control que tenían de la explotación del oro, principal producto de exportación del país, pues el café llegó a Colombia a finales de dicho siglo XIX. Conviene anotar también que el Cauca se extendía hacia el norte por los territorios del actual Caldas, a saber, Marmato, Supía, Riosucio y por supuesto Chinchiná e incluso la Aldea de María, hoy conocida como Villamaría. Manizales, ya pertenecía a Antioquia.

En la región norte del Cauca, se encontraba la provincia del Quindío cuya capital era Cartago. Y Cartago, durante ese siglo XIX, se convirtió en uno de los centros esclavistas importantes porque era desde esta población donde se realizaba la venta de los mismos para las zonas mineras del actual Caldas y el Chocó. Y en la medida que en Cartago se encontraban establecidos grandes propietarios, hubo uno en especial, como fue don Salvador Gómez de Lasprilla, quien era el propietario 150 esclavos, de los cuales 50 trabajaban en su hacienda ubicada en el actual municipio de Obando y el resto en las minas de oro de Tadó, Chocó.

Uno de los hijos de don Salvador fue Manuel Gómez de Lasprilla, heredero de la fortuna de don Salvador, quien, en el mes de febrero de 1810, es decir, antes de que se produjera el grito de independencia por parte de los patriotas, le compró al rey de España unas tierras comprendidas entre el Contadero de Egoyá y la quebrada de Las Partidas, en el área que hoy ocupa la ciudad de Pereira. Este fue el documento que encontré en el archivo de historia de Cartago, en el fondo de Notaría, año de 1881, cuando viene a plantearse un reclamo por parte de los herederos de Manuel Antonio Gómez de Lasprilla.

Si las tierras las compró don Manuel Antonio Gómez de Lasprilla en 1810, ese mismo año se produjo el grito de independencia y se inició la confrontación entre las fuerzas monárquicas y la de los patriotas. Eso significó que se paralizaran todos los procesos de compra y venta de tierras y su proceso de legalización. Pero es bueno anotar que, una vez lograda la independencia, las autoridades colombianas, legalizaron todas las transacciones realizadas por el rey de España.