28 de marzo de 2024

Con menos cantidad de agua se cosechan mejores zapallos

10 de mayo de 2023
10 de mayo de 2023

Por: Agencia de noticias Unal

Según proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), uno de los grandes desafíos de la agricultura es atender la demanda de comida en un futuro y prever el agua que se necesitará para producir el 60 % de los alimentos adicionales a 2050. De ahí que se promueva una mejora en la gestión de este preciado líquido y el uso de sistemas de riego más eficaces y sostenibles con el ambiente.

En este contexto empiezan a jugar un papel relevante los alimentos que toleren cada vez más el déficit hídrico o la sequía. Uno de estos es el zapallo, hortaliza con excepcional valor nutricional que forma parte de la base alimentaria en varias regiones del país. También se le conoce como calabaza o ahuyama, su pulpa o materia seca es de color anaranjado, tiene alto contenido en fibra y es sumamente rica en betacarotenos, vitaminas y minerales.

Interesado en explorar esta variedad, el ingeniero agrícola Robert Augusto Rodríguez Restrepo, doctor en Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Palmira, evaluó el efecto del régimen de humedad en el suelo sobre el rendimiento y la calidad del fruto de zapallo y la respuesta fisiológica de la planta al déficit hídrico.

“En el caso del zapallo, en el Valle del Cauca se utilizan un sistema de riego por gravedad que no es muy eficiente, pues registra solo el 35 % de eficiencia en el uso del agua, genera pudrición en los cultivares, proliferación de arvenses y pérdida de los fertilizantes”, explica el investigador.

Riego por goteo, el ideal para cultivares de zapallo

Los materiales del Programa de la UNAL empleados para el estudio son Unapal abanico 75, Unapal boloverde y Unapal dorado.

Se aplicaron cuatro ensayos de riego al suelo, desde el más deficitario en agua hasta el mayor en cantidad, lo que provocó en la planta la activación de ciertos mecanismos de tolerancia y resistencia al déficit hídrico (o sequía).

Los tratamientos de riego se basaron en la evapotranspiración de referencia, es decir la perdida de humedad del suelo a través de la evaporación y la transpiración de la planta.

Así, en un primer ensayo se aplicó el 40, 60, 80 y 100 % de la evapotranspiración de referencia y los resultados fueron inferiores a lo esperado, por lo que en la siguiente prueba la oferta hídrica se aumentó en 20 %, o sea 60, 80, 100  y 120 % de evapotranspiración.

Los investigadores encontraron que con 120 % el rendimiento se disparó y se observó el mejor resultado, incluso el contenido de humedad del suelo estaba a capacidad de campo en una profundidad de 30 cm después del riego, que es la profundidad efectiva del zapallo. “Durante los 150 días que duró la evaluación hubo una muy buena toma de nutrientes para estas plantas”, dijo el doctor Rodríguez.

Señaló además que “la idea es decirle al agricultor que regando con un sistema eficiente como el goteo no solo disminuyen los costos de operación y mejoran la absorción de nutrientes, sino que a mediano plazo el costo del sistema de riego que adapten se retribuirá. Los cultivadores pueden sembrar aprovechando la época de precipitación o lluvias del año y en los demás meses emplear el riego, lo que les permitirá planear mejor su época de siembra”.

Con tratamientos de riego bajo la calidad del fruto se vio alterada de forma natural, pues se encontró menos materia seca y almidón en el fruto, pero una mayor presencia de carotenos. Los carotenos les otorgan a los vegetales el color amarillo, naranja o rojo y resultan esenciales para la salud por sus propiedades antioxidantes.

En estas mismas condiciones de riego bajo aumentó la cantidad de semillas, “en principio podríamos pensar que esto es una respuesta fisiológica natural de la planta para preservar su especie, que podría indicar una adaptación de estos resultados parar producir semilla a menor costo de riego”, indica.

No obstante, el tesista consideró que el resultado merece más estudios, pues aunque presentó el mayor número de semillas, el peso de estas disminuyó, lo que puede suponer que tengan menor contenido de grasas.

Los investigadores encontraron que las variedades Unapal abanico 75 y Unapal dorado presentaron mayor capacidad para sintetizar proteínas sin sufrir detrimento significativo de la materia seca ni de rendimiento de los frutos.

“Este hallazgo hace más interesante estos materiales en un futuro plan de mejoramiento genético en aras de afrontar el cambio climático, ya que organizaciones como la FAO recomiendan sembrar cultivares precoces con alta productividad que presenten ciertas características de adaptación al estrés hídrico”, destacó el doctor en Ciencias Agrarias.

La investigación fue dirigida por los profesores Sanín Ortiz Grisales y Harold Tafur Hermann, de la UNAL Sede Palmira, y Magda Piedad Valdés Restrepo, de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia.