13 de enero de 2025

No hay peor ciego  

24 de marzo de 2023
Por Sebastián Galvis Arcila
Por Sebastián Galvis Arcila
24 de marzo de 2023

El filósofo y economista Imre Lakatos dijo: “la profesión de fe ciega es una teoría, no es una virtud intelectual sino un crimen intelectual” y esa fe empieza a hacer estragos en este país acostumbrado ya a las contradicciones y la vulneración de los derechos fundamentales. La primera de estas contradicciones es que tenemos un gobierno popular en el que el precio de la leche está afectando seriamente el consumo. De todas formas, no se puede argumentar este hecho sin que pueda refutarse fácilmente por el “progresismo”, pues haría falta simplemente reproducir un video de un médico nutricionista donde se enseñe la inconveniencia para la salud de tomar leche procesada, para conseguir así, que no nos sintamos mal por carecer de dinero suficiente para comprarla.

La fe ciega que presentan los todavía seguidores del actual gobierno, alcanza proporciones preocupantes; con decir que, a día de hoy, hay ciudadanos satisfechos con la gestión del presidente de la república porque le quitó el poder a Álvaro Uribe Vélez; como si ese triunfo permitiera respirar mejor oxígeno, aumentara los ingresos para no sufrir el aumento en la canasta familiar o borrara la sensación generalizada del sobrecosto de la vida. Por eso, esta columna hace alusión al viejo proverbio: no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Circunscribámonos a otras situaciones y veamos si hay una razón distinta a la ideologización social, que pueda justificar que el presidente case una pelea con su homólogo de El Salvador en la que rescata los logros en seguridad de los gobiernos bogotanos durante los últimos treinta años; como si hubiera olvidado que en su momento mostró una capacidad natural para criticar severamente las administraciones de esos alcaldes. Una cosa es no estar de acuerdo con las políticas de seguridad de Nayib Bukele y otra muy distinta es utilizar cortinas de humo con cifras que esconden la altísima percepción de inseguridad en Bogotá, exponiendo con eso al país ante la prensa internacional.

Cosas peores se están viendo en la provincia de la espada de Bolívar, ¿Cómo se puede disculpar que nuestro representante en tono justificador diga que: “la verdad es que no crio a su hijo”? eso suena a una culpabilidad como la de Nicolás Petro que está siendo investigado por pactos irregulares con personas corruptas; lo digo porque el presidente muestra que no le tiembla la mano para deshacerse de cualquiera con tal de salvarse. Ya pasó con Alejandro Gaviria y ahora que está casi negando a su hijo, uno lógicamente piensa: si un hombre que no es un padre ejemplar, puede ser un ejecutivo ejemplar. Ya sé que alguien responderá que una cosa no tiene nada que ver con la otra, pero mi tesis toma fuerza si recordamos los petrovideos en los que el entonces candidato a la presidencia accedía a darle vuelo a su hijo en el relacionamiento político en la costa.

Hay gente que respalda este gobierno, aunque la vicepresidenta desafíe a la clase alta del país con un poco elocuente “de malas”. ¿Debe ser porque sus privilegios actuales son una forma de venganza contra la oligarquía? Hay gente que acepta este gobierno a pesar de la forma como negocia la paz, como permite la violencia, como pretende el cambio por vías tradicionales de clientelismo y como desmiente con discursos la difícil situación que vive el país. No extraña que, para los próximos meses de mayo o julio, ya se tengan previstos apoyos económicos al adulto mayor y para la mujer cabeza de hogar, a fin de ganar voticos para las elecciones regionales. Es cierto: No hay peor ciego que el que no quiere ver.