28 de marzo de 2024

Abierta frontera con Venezuela

2 de octubre de 2022
Por Alberto Zuluaga Trujillo
Por Alberto Zuluaga Trujillo
2 de octubre de 2022

Hoy, hace ocho días, la frontera entre Colombia y Venezuela, considerada en su momento como una de las más vivas y dinámicas de América Latina, con una extensión de 2.200 kilómetros, fue cerrada desde el 2015 por decisión de Maduro quién, denunció en ese entonces, una “emboscada” a militares venezolanos, permitiéndose solo el paso peatonal, el cual se agudizó en febrero de 2019, con la colocación de contenedores en el puente internacional Simón Bolívar, que conecta a ambos países, a raíz de un fallido intento de la oposición para ingresar ayuda humanitaria, que Maduro tachó como un intento de invasión extranjera. Luego de las validaciones técnicas realizadas para determinar la estabilidad de la estructura del puente, en consideración al largo tiempo con peso muerto, el pasado 26 de septiembre se dio la apertura comercial, como un paso acordado entre los gobiernos de Bogotá y Caracas para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. De esta manera se pone fin al contrabando por trochas y pasos ilegales, así como al lavado de activos, comercio desleal, violencia y sobornos que, según cálculos de la Cámara Colombo Venezolana, supera los 1.000 millones de dólares. El cierre de la frontera ha fortalecido a las mafias y a los actores ilegales como el ELN y las bandas criminales, en un país donde el salario mínimo difícilmente llega a los 15 dólares, el más bajo de Latinoamérica y el cuarto más bajo del mundo. Según informa el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) la canasta llegó en julio de este año a un récord de 392 dólares, un 29 % más, respecto a julio de 2021. El Observatorio estima que la remuneración promedio del sector privado en el área metropolitana de Caracas, apenas puede comprar el 30% de la canasta alimentaria, y la del sector público un 8%. De acuerdo con el Comité Intergremial de Norte de Santander, los indicadores sociales en la región son críticos.

La pobreza absoluta es mayor que en el resto del país y el ingreso per cápita es la mitad. El desempleo es de 7 puntos por encima del promedio nacional y el subempleo es del 25% del promedio nacional.  Con estos indicadores desesperanzadores, la entrada libre por vía aérea, fluvial y por carretera, impulsará el comercio, generando mayores oportunidades de empleo e inversión, mejorando la calidad de vida de los habitantes de la región fronteriza. Teniendo en cuenta que el comercio con Venezuela nunca paró, pero sí se redujo ostensible y notoriamente, esta reapertura le da garantía de agilidad, legalidad y seguridad, reactivándose sectores como los alimentos y transportes que serán los primeros beneficiados, dada la cercanía y las condiciones geográficas, pues llevar mercancía a Venezuela es igual a llevarla a cualquier sitio de Colombia y sobre todo, porque en este momento los precios del petróleo favorecen la economía venezolana. El comercio con Venezuela se ha centrado en el sector manufacturero; alimentos, confecciones, textiles, plásticos, materiales de construcción, maquinaria y equipo automotor, rubros en los que mantuvimos un comercio muy activo hasta el momento del cierre de la frontera.

Para entender la magnitud de lo que la reapertura significa, en el primer día de agenda, desde la Zona Franca de Cúcuta se consolidaron exportaciones en bienes por $184.269 dólares. Igual, la reactivación de nuevas empresas solicitando su proceso de calificación con la intención de aportar al comercio exterior desde Cúcuta y poder iniciar las actividades comerciales seguras desde y hacia Venezuela, abren unas inmensas expectativas en un momento coyuntural para las dos naciones, no obstante tener claro que, la reapertura por sí sola, no garantiza la recuperación de lo que alguna vez fue un comercio binacional de más de 7.000 millones de dólares anuales, como lo fue la época de oro en el año 2008. A partir de ese año, la crisis política borró lo alcanzado en décadas y marcó el inicio de un declive que se ha mantenido hasta el día de la reapertura.  Si bien, es esta una medida en la dirección correcta ¿Cómo se van a garantizar los pagos y con quién habrá que entenderse en Venezuela?