19 de abril de 2024

Estamos jodidos

12 de julio de 2022
Por Fernando Escobar Giraldo
Por Fernando Escobar Giraldo
12 de julio de 2022

Resido en una pequeña comunidad del estado de Florida en Estados Unidos, que ocupa desde hace unos tres años primer lugar en construcción de vivienda en este estado. Su nombre es Ave Maria. Es un pequeño paraíso muy apetecido por familias de clase media. El costo de las casas aquí, ha ido en aumento casi de manera desproporcionada, y esta semana se conoció una información inaudita. Una de las mayores empresas constructoras del área tomó la decisión de suspender la venta de viviendas por tiempo indefinido pues tienen un retraso de hasta dos años para entregar las unidades que ya están vendidas.

El problema se resume en un eco de lo que está sucediendo en el mundo entero, afectando por igual a países en crecimiento como Colombia, a los más ricos, y también a los más pobres. Me refiero a que las cadenas de suministro están causando desastres en las economías nacionales y locales. Los picos de demanda de muchos productos desde el principio de la pandemia del COVID, y el aumento de demanda de otros en épocas mas recientes, han creado dificultades para que los consumidores puedan comprar automóviles, productos de papel, algunos alimentos básicos, madera y mucho mas. Todas las entregas están retrasadas. Las rutas marítimas, en gran parte, han sido bloqueadas.

Y entre todo eso, están materiales que se requieren para construir vivienda tanto en Ave Maria como en muchos lugares del mundo, o sea, concreto, arena, cemento, hierro, en fin.

Un experto, el economista de la Universidad de Rochester, George Alessandria, anota que en Estados Unidos, la escasez en la cadena de suministro no ha sido tan grave desde 1972, durante la administración Nixon. “Esto es lo peor que ha pasado en 50 años, y probablemente esté empeorando, teniendo en cuenta que China ha estado cerrando ciudades e instalaciones de producción. Los cierres masivos en Shanghai y Pekín acabarán por extenderse por el sistema”, nos dijo Alessandria, quien responsabiliza a la pandemia de la actual crisis producida tras el cierre de puertos y fábricas. El efecto dominó en Estados Unidos se dio, según el expert, debido “al aumento de la demanda de los consumidores, alimentada por los cheques federales de estímulo que probablemente no necesitábamos para mantener la recuperación de la economía. Simplemente no entendimos cómo iba a cambiar la demanda de los consumidores, una vez que la pandemia empezara a remitir”.

Es posible que exista una pieza de un dólar que se requiera para fabricar un auto, un celular, una computadora, una puerta de garage, una nevera, en fin, que no está disponible y eso frena la producción. Parece inverosímil pero es cierto. Muchos productos se fabrican en lugares muy distantes de nosotros, con costos elevadísimos debido a las circunstancias.

La aseveración de Alessandria tras liderar un equipo de investigación, es altamente preocupante y tiene que inquietarnos mas a los colombianos a puertas de un cambio de gobierno y con expectativas que quizás son falsas, es decir, promesas que no se cumplirán, análisis que no se han hecho, y una población que no acepta y desconoce la crisis que enfrentamos y que no será ajena al nuevo gobierno de Gustavo Petro. Esto fue lo que nos dijo el economista:  “En nuestra investigación, descubrimos que estas interrupciones del suministro reducirían la actividad económica en aproximadamente un punto porcentual en los seis trimestres siguientes al inicio de las interrupciones. Por lo tanto, las interrupciones que estamos viendo actualmente podrían reducir la producción industrial entre un 4% y un 5% en el próximo año o dos, lo que es bastante importante”.

Para decirlo claro y en buen español, estamos jodidos. Y si no lo entendemos, y si no comenzamos a tomar medidas de precaución desde el seno familiar, nos veremos avocados a situaciones en las que el pan acostumbrado sobre la mesa, podría estar ausente. Hay que apretar los cinturones y, querramos o no, amarrar los bolsillos, ahorrar mas de lo acostumbrado, mantener un colchón financiero de emergencia.

La invasion rusa a Ucrania, y eso no es secreto, en medio de una pandemia, ha aumentado el problema. Alessandria lo dice así: “La guerra está complicando mucho las cosas. De no ser por la guerra, habría pensado que todo volvería a la normalidad de aquí a un año. Pero seguimos viendo estos cierres en China que reducen el suministro de bienes para la producción en otras partes del mundo. Pero creo que tendremos al menos otro año de bajo crecimiento, precios altos y estanterías vacías”.