28 de marzo de 2024

Un triunfo sufrido pero contundente

20 de junio de 2022
Por Albeiro Valencia Llano
Por Albeiro Valencia Llano
20 de junio de 2022

Por fin terminó esta larguísima carrera por la Presidencia. Fue una campaña violenta y agresiva, especialmente en las redes sociales que se convirtieron en el principal escenario del debate político. Gustavo Petro había tomado ventaja a los demás candidatos porque viene en la contienda electoral desde el año 2018.

Al Pacto Histórico lo favoreció el desgaste del Gobierno y el descrédito de las consignas que fueron caballitos de batalla, como la seguridad democrática y el castrochavismo. Frente a la fatigante polarización política que sufre el país se pensaba que candidatos moderados podrían calar en la opinión pública y como consecuencia se formó la coalición Centro-Esperanza, pero llegaron las contradicciones entre los líderes, se dedicaron a criticar y a demoler a Gustavo Petro y no presentaron con claridad sus propuestas para un país en crisis.

Después de las elecciones del 29 de mayo se reacomodaron las fuerzas políticas. Federico Gutiérrez fue el primero en adherir a Rodolfo Hernández, un candidato más afín con su programa e ideología. La coalición Centro-Esperanza dejó en libertad a sus integrantes, pero la gran mayoría apoyó a Petro. El aspirante Sergio Fajardo y el senador Jorge Enrique Robledo anunciaron que votarían en blanco.

En el Nuevo Liberalismo Juan Manuel Galán se decidió por apoyar a Rodolfo Hernández, pero varios de sus miembros se rebelaron, como Mábel Lara y Yolanda Perea que se inclinaron por Petro. Otros que emigraron a las toldas del Pacto Históricos fueron Luis Gilberto Murillo, fórmula vicepresidencial de Fajardo; Guillermo Rivera, jefe político de la campaña; Juan Fernando Cristo jefe de debate; además de la senadora Angélica Lozano, el exalcalde Antanas Mockus y los congresistas electos Ariel Ávila y Catherine Juvinao. También se sumaron algunos académicos de peso como Rudolf Hommes (exministro de Hacienda), Rodrigo Uprimny y Ramiro Bejarano.

Pero a Rodolfo lo acompañó un escritor de la dimensión de William Ospina, jefe de debate para la segunda vuelta y Andrés Hoyos, director de la revista El Malpensante. El grueso de los Rodolfistas estaba integrado por uribistas purasangres y moderados, los indecisos, los que se quedaron sin el Centro-Esperanza, los conservadores y un porcentaje de los liberales de César Gaviria y del Nuevo Liberalismo.

El discurso de Rodolfo pudo reunir diversas posturas, aunque su proyecto no era coherente logró capitalizar el descontento, aglutinó a la mayoría de los medios, a los empresarios y a casi todos los partidos, contra Petro. Su campaña frente a la corrupción dio buenos resultados, aunque el mismo estaba imputado. Pero se convirtió en excelente candidato para las redes sociales, una figura que pudo manejar muy bien el estratega argentino Ángel Becassino.

¿Por qué ganó Petro?

Colombia está dividida por un sectarismo que no se veía desde la campaña política de 1946-1950, que llevó al asesinato del líder liberal y populista Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, y que trajo como consecuencia la terrible Violencia que estremeció y desangró al pueblo hasta los años sesenta.

Petro condensa medio siglo de frustraciones políticas, cuando la macabra alianza entre gamonales, mafiosos, paramilitares, políticos y algunos estamentos del Estado llevaron al asesinato de periodistas, intelectuales, líderes sociales, dirigentes políticos, ministros y candidatos presidenciales. En estos años tormentosos cayeron don Guillermo Cano, Rodrigo Lara Bonilla, Luis Carlos Galán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro y muchos otros personajes.

Petro ha sido un estudioso de la historia de Colombia y conoce la realidad nacional por su participación en la escena política, como representante a la Cámara, senador de la República y alcalde de Bogotá. Es un líder que recoge las demandas populares, propone reformas sociales que encajan perfectamente en el programa democrático burgués, en un país donde no se hizo la reforma agraria.

Lo que Petro quiere hacer es cambiar las élites corruptas. Su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, se convirtió en un símbolo, porque es una mujer que se enfrentó a las multinacionales mineras, a los sicarios, a los racistas; representa a los millones de “nadies” que han padecido siglos de miseria y menosprecio. Además introdujo un lenguaje fresco para oxigenar la izquierda y consignas que impactaron, como vivir sabroso y en paz.

Por último ¿el país está preparado para una transición tranquila del Gobierno aunque el presidente sea de izquierda? Recordemos las palabras de Alejandro Gaviria: “Colombia duerme en la cima de un volcán, por lo que sería mejor tener una explosión controlada que embotellar el volcán”. Petro no la tiene fácil porque debe gobernar pensando en unir a Colombia para que sea un país más justo y digno. Lo más difícil será reconciliar al pueblo porque hay mucho odio.