28 de marzo de 2024

Un periodista que deja prounda huella/ por Édgar Hozzman ” Sin confirmar no lo decimos”: Frase que hizo famosa Orlando Cadavid

28 de junio de 2022
28 de junio de 2022

Mi homenaje póstumo al maestro de maestros de periodismo, ORLANDO CADAVID CORREA.” Sin confirmar no lo decimos” Esta fue una de sus frases la que le dio identidad a su veracidad y ética. Hasta siempre maestro, usted fue el mejor periodista, profesional sin mancha. Gracias por su legado.
El maestro de maestros de la noticia: Orlando Cadavid Correa     

Entrevista de Pantalla & Dial

Por Édgard Hozzman [email protected]

Londonderry New Hampshire, VII-15-013

Orlando Cadavid Correa es sinónimo de excelencia en el periodismo. Redactor y lector como pocos. Magistral escritor de informaciones y maestro de maestros del llamado “lead”.

Es una enciclopedia viviente. Es también, el verdadero decano del periodismo hecho con el esfuerzo de la noticia, con el trabajo diario y con la sabiduría de la experiencia.

Cuando era director de Radiosucesos de RCN o de la agencia Colprensa, las salas de redacción, producían un sonido especial: las máquinas de escribir no paraban, los télex hacían sus bullas noticiosas y Orlando, con su café permanente en su escritorio, leía notas, periódicos o simplemente pedía resultados a sus periodistas. Eran tiempos de sinfonías informativas.

Ha sido rey de la “chiva” durante más de cuatro décadas. Centenares de noticias pasan por su mente, son creadas en sus manos y se divulgan mundialmente. Tiene un sinfín de fuentes de “altísima fidelidad” que lo ubican en los pedestales de los grandes periodistas de Colombia por su seriedad, responsabilidad e imparcialidad.

Buena parte de la historia de Colombia de los últimos 50 años ha sido redactada por Orlando Cadavid Correa, el serio periodista, lejano de homenajes, pero amante de la verdad y la perfecta noticia.                             Admirador del periodismo nacional de Antonio Pardo García, el revolucionario de la radio y de la redacción internacional de la Associated Press, reconoce que un buen “lead” es mejor que mil twitter.

Si se le preguntara, ¿cómo se definiría?, diría que “se trata de un paisa nacido en Bello, muy cerca de  Medellín, formado como periodista a puro pulso en Manizales, al lado de Eucario Bermúdez, en la legendaria Transmisora Caldas”.

Allá pasó, además,  por la dirección de los noticieros de la Voz del Ruíz, de Caracol y Radio Manizales, de Todelar –en los tiempos del maestro Antonio Pardo–  y fue corresponsal de El Espectador, primero, y El Tiempo después, antes de recalar en Bogotá, donde fue jefe de redacción y director de Radiosucesos RCN y cofundador de la agencia de noticias Colprensa, hasta que  fue llamado por Yamid Amat a hacerse cargo del servicio informativo de Caracol en Medellín, en los convulsos tiempos de la demencial arremetida del mafioso Pablo Escobar contra el estado colombiano.

orlando cadavid

Tiene tres hijos: las manizaleñas Tatiana y Pamela y el varón Orlando Júnior, bogotano. Y tres pequeños nietos: Tomás, Sebastián y Sofía.

–¿En su opinión, ¿qué está pasando con el periodismo en Colombia?

–Tomo en calidad de préstamo el título de la declaración que acaba de expedir el presidente del CBP, William Giraldo Ceballos: “En Colombia se ejerce el periodismo bajo intimidación”. Por razones de seguridad, no tengo nada más que agregar.

–¿Quién le enseñó a manejar perfectamente el lead?

–Quítele lo de “perfectamente”. Aprendí a asimilarlo a distancia, cuando me iniciaba, en Manizales, muy joven, siguiendo atentamente los encabezados de las noticias de don Antonio Pardo, en las 3 emisiones de Última Hora Caracol y en los despachos del Servicio Nacional de Prensa, su agencia. También seguía con viva atención los cables de la AP (Associated Press) que firmaban Ary Moleón y Vicente Panetta.

–¿Qué son las noticias para Orlando Cadavid Correa?

–Son el diario discurrir de lo que está pasando en la ciudad o la nación en las que vivimos y en el mundo que habitamos. Todos los episodios del momento,  juntos, en la gran aldea global de Don McLuhan.

–Usted ha sido uno de los grandes periodistas de Colombia. ¿Por qué no acepta los reconocimientos?

Eso no es cierto. Quítele lo de “grande”, a no ser que se quiera referir a mis 1.90 de estatura. En el oficio hay personas con muchos más méritos que han sido tan injustamente olvidados que ni pensión de jubilación tienen.

–¿Se están formando ahora buenos periodistas o buenos comunicadores?

–Sí, se forman buenos periodistas, pero llegan sin roce, muy crudos, sin práctica a los medios. La culpa es de las facultades que no los capacitan como es debido.  Cuando aterrizan en una redacción, no tienen idea del manejo del teclado de un computador o de una máquina de escribir.  También acusan un desconocimiento absoluto de la historia del país y de sus dirigentes de ayer y de hoy. Una joven recién egresada me llamó un día a preguntarme si tenía los teléfonos o la dirección de la casa de una señora llamada Helena Vargas, que necesitaba entrevistarla. (La bisoñita del cuento buscaba a “La Ronca” en el momento en que la velaban en Cali).

–¿Se une a las versiones que consideran que el periodismo en Colombia está desapareciendo?

–No estoy de acuerdo con esas versiones. El periodismo no desaparecerá jamás.

–¿Quién hace buen periodismo en Colombia?

–En radio, Julio Sánchez Cristo; en TV, Yamid Amat y Cecilia Orozco; en impresos, Felipe López, en Semana.

–¿Eje 21 surgió como idea para enseñar a hacer buen periodismo?

–Esa nunca ha sido la pretensión del exitoso diario digital que emite desde Manizales y goza de enorme audiencia entre los internautas porque funciona al ritmo de la noticia inmediata, en caliente, ya sea nacional o internacional.

–¿Por qué el nombre de Eje21?

–El Eje recoge las tres regiones que antes conformaron el Gran Caldas, con Risaralda y Quindío. Y el 21 se refiere al siglo XXI. Nos vimos obligados a ponerlo en números arábigos porque el servidor no admite números romanos.

–¿Le duele aún su retiro de RCN Radio?

–Jamás me dolió haber renunciado a la dirección de noticias de RCN, en agosto de 1980. Era un cargo muy difícil de desempeñar porque todos los mandos de la Organización Ardila daban órdenes y contraórdenes, incluida doña Maruja Iragorri, la señora de turno del dueño del aviso. Llegué a tener 25 jefes, incluido el jefe de los escoltas del patrón. Eso era inaguantable.  El día que salí de allí sentí tanto alivio, tanto regocijo, como si me hubiera quitado el “Titanic” de encima.

–¿Tantos encargos y cargos lo cansaron en RCN?

–Mi dimisión la precipitó la fuerte presión de Ardila para que yo aceptara como «asistente» de la dirección al infumable Darío Hoyos, «El pájaro», quien se convertiría seguramente, a través de sus intrigas, en mi «jefe» número 26 en la Organización. Mejor solo que mal acompañado.  Y me fui a subdirigir El Espacio, donde apenas duré un mes porque esa mezcla de sangre y semen nunca fue de mi agrado.

–¿Fue Colprensa su mejor época como periodista?

–Si señor, una de las más bellas, porque montamos una agencia que no tomaba las noticias de la radio sino que eran buscadas por los propios redactores de planta. Don Pepe Romero, que en gloria esté, hacía grabar los noticieros radiales y de allí tomaba el 95% del servicio para los abonados a “Colombia Press”.

–¿Caracol Manizales lo dejó soñar y expresarse a todo dar?

–Si, fue una bonita experiencia, aunque taladrada por la catastrófica erupción del Volcán del Ruíz que mató a 25.000 personas en Armero y Chinchiná.

–Es un coleccionista de música, pero ¿con cuáles temas se emociona más?

–Soy universal. Melómano absoluto, desde Los Beatles hasta Los Carrangueros de Ráquira. Me gustan todos los géneros: los boleros, el tango, el son cubano, Niche, Joe, y el folclor mejicano.

–Como permanente lector, ¿qué lee en estos días?

Los Cuentos Imprescindibles del ruso Anton Chejov. Se lo recomiendo.

–¿De los de personajes del medio que ha conocido en su vida, de quiénes ha aprendido más?

–En la radio, Eucario Bermúdez; en el periodismo de, 3 paisas: Antonio Pardo García, Javier Baena y Rodrigo Pareja, y un caldense, Daladier Osorio.

–¿Cuándo se fregó este país?

–Cuando la mafia se apoderó de los partidos políticos.

–¿Qué le hace falta a este proceso de paz?

–Mayor franqueza de las partes sentadas a la mesa, en La Habana.

–¿Qué noticia no le hubiera gustado redactar?

–El vil asesinato, en cautiverio, de la reina Doris Gil Santamaría.

–De todos sus equipos periodísticos que armó, ¿cuál fue su mejor selección?

–El de RCN Radio, encabezado por Ángel Romeo, Pacho Tulande, Édgar Artunduaga y Marcos Jara.  Y el de Colprensa, con Óscar Domínguez, Guillermo Romero, Giraldo Gaitán, Hernando Salazar, Alberto Saldarriaga, José Ramón Núñez, Arturo Jaimes y Roberto Vargas.

–¿Qué siente cuando lo llaman “maestro de maestros”?

–Bochorno. Soy maestro de nada y aprendiz de todo. El país sabe cuáles han sido los verdaderos maestros del oficio.

–¿Quién ha sido su mejor alumno?

–Exímame de esa respuesta para no herir susceptibilidades.

–¿Qué noticiero no escucha jamás?

–RCN Radio. Tampoco veo el Canal RCN.

–¿Qué ha representado el internet para Orlando?

–Un privilegio haber alcanzado a disfrutar de la magia de las redes sociales.

–¿Cuántas fuentes de alta fidelidad mantiene todavía para sus columnas y su página?

–Me quedan muy pocas, pero muy efectivas. 25.

–¿Cuál es el secreto para redactar bien una noticia?

–Más que secreto, Edgar, es una técnica que el periodista va perfeccionando con el paso del tiempo. Para los que acaban de llegar al oficio, los pasos para ser un buen redactor están detallados en el libro “Una apuesta por el periodismo”, del maestro Pardo García, el papá de todos nosotros.

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