29 de marzo de 2024

Orlando Cadavid Correa

29 de junio de 2022
Por Augusto León Restrepo
Por Augusto León Restrepo
29 de junio de 2022
​Falleció en Medellín, lugar de su residencia, Orlando Cadavid Correa. Cadavid, como le decíamos algunos, se hizo a un nombre en el periodismo nacional, merced a su tesonera vocación, que la hizo valer por sus específicas condiciones. Olfato periodístico, era lo que tenía, según quienes trabajaron con él, como colegas pares o como subalternos. Y un estilo connatural para redactar con objetividad y nitidez la noticia. Se le reconocía el difícil arte de titularla. Y de hacerla clara y precisa, sin artilugios ni rodeos. Sus columnas dominicales, cortas y sin alamares, las que escribió durante muchos años en La Patria y en Eje 21, son ejemplo de comunicación ágil con el lector, de una gracilidad manifiesta. Sus temas los escogía casi que con guantes. No cayó en militancia de índole alguna, lo que le permitió jugar con cierta levedad en el contenido, que atraía a los lectores, que fueron, que fuimos, innumerables.
Con Orlando siempre tuvimos una relación fluida, con intercambio de opiniones amables y respetuosas, en especial con las inquietudes que nos eran comunes como el periodismo, la pequeña historia de personajes de la política, la música, la escritura. La amistad de ambos con José Fernando Corredor, nos permitió en un tiempo, cuando coincidimos en el ejercicio periodístico en Manizales, plantear algunas posiciones gremiales para de dignificar la profesión y señalar nortes éticos y de respeto para con sus oficiantes. Cadavid, con su vida dedicada hasta el final de sus días a dar lecciones de periodismo las veinticuatro horas, se convirtió, casi que sin quererlo -jamás hizo gala de sus merecimientos- en un paradigma.
He leído las entrañables columnas de sus amigos cercanos, de sus discípulos, de los «cargaladrillos» a quienes orientó, y comparto con ellos su admiración y devoción por Orlando y también la pena y la congoja por su desaparición. A todos les extiendo mis manos solidarias. Pero en esta hora, tengo que hacer mención especial de su camarada, Evelio Giraldo Ospina, con quien, en una Dirección compartida, hicieron posible esta realidad pluralista y acogedora del diario digital Eje 21, que ha sido mi casa desde hace varios años y en la que siempre he recibido la comprensión y respeto a rajatabla por mi opinión y convicciones. De Orlando, fui objeto de su estímulo permanente y de su acicate insistente. Me van a hacer mucha falta sus esporádicos mensajes y opiniones en relación con mis escritos y el intercambio de informaciones, que por nuestra inocultable veteranía, compartíamos. Hoy Evelio está acongojado. Lo arropo con mi fraterno acompañamiento. Que la tierra sea leve sobra la sepultura de Orlando.