25 de abril de 2024

Amor auténtico vs dependencia

Psicóloga. Maestrante en psicología clínica. Cursando formación en logoterapia y análisis existencial. Investigadora en neurociencias. Miembro de la Red Colombiana de Mujeres Científicas. Líder de iniciativas de desarrollo social y educativo en Manizales.
19 de mayo de 2022
Por Viviana Andrea Arboleda Sánchez
Por Viviana Andrea Arboleda Sánchez
Psicóloga. Maestrante en psicología clínica. Cursando formación en logoterapia y análisis existencial. Investigadora en neurociencias. Miembro de la Red Colombiana de Mujeres Científicas. Líder de iniciativas de desarrollo social y educativo en Manizales.
19 de mayo de 2022

El amor de pareja constituye un profundo sentimiento en el que dos seres humanos comparten sus existencias. Cuando es auténtico, puede sacar la mejor versión de una persona, permitiéndole desplegar el altruismo, la empatía, la responsabilidad, la libertad y otras cualidades valiosas. En otras palabras, el amor de pareja nos abre ante nuevas posibilidades y, aunque no es la única vía, nos conecta con la felicidad.

Cuando elegimos unirnos a otro ser humano es preciso hacer esfuerzos mutuos. Sin embargo, es imprescindible no confundir los actos altruistas que nos permiten pensar en el otro con el renunciar a los propios sueños, e incluso a la dignidad, en aras de mantener a la otra persona a nuestro lado. Aún en este siglo XXI, hay personas que confunden el amor con la dependencia afectiva, un modo de ser que implica sentir que es imposible vivir sin la pareja. Ante el temor a la pérdida del otro, algunos prefieren someterse a sus exigencias e incluso a sus tratos abusivos.

Para quien decide aguantar los malos tratos del otro con tal de retenerlo, la carga emocional es enorme, produciendo un gran desgaste para el cuerpo y para la mente. La relación basada en la dependencia se convierte en una jerarquía en la que, aquel que depende del afecto del otro, se mueve en el polo de la sumisión, focalizando su atención en su pareja y convirtiéndola en el centro de su universo.

La dependencia afectiva es sumamente peligrosa, ya que, en lugar de moverse en la experiencia auténtica del amor, lo que busca es evitar el malestar de la ausencia del otro, estando dispuesto a hacer lo que sea para no soltarlo. Algunos actos de sumisión implican permitir los insultos verbales del otro, tolerar infidelidades, aguantar golpes y aislar a los amigos de toda la vida, con quienes la pareja no quiere que se comparta.

Muchas personas que han desarrollado un modo de ser dependiente se han dado cuenta de lo valiosos que son y de que no merecen ser tratados con falta de respeto por parte de sus parejas. Han reconocido que es preferible soltar al otro en lugar de mantenerse en una relación de sumisión que les roba sus energías, sueños, metas y momentos valiosos junto a otras personas. ¿Qué puede darnos la fortaleza para poner fin a una relación basada en la dependencia afectiva? En primer lugar, es fundamental vernos en situación. Como ya lo mencioné, quien ama desde la dependencia cree que es incapaz de vivir sin la presencia de su pareja. Sin embargo, si esta persona indaga en su historia de vida, se dará cuenta de que estaba viva antes de que su pareja llegara. Inclusive, es posible que haya alcanzado objetivos y metas en su ausencia. Si esto lo logró antes, sin la presencia del otro, ¿qué podría decirse de ahora?

Otro aspecto fundamental es desnaturalizar la dependencia, es decir, dejar de verla como una manera de amar. Para ello, es necesario reconocer que la persona amada no es una extensión del propio cuerpo, sino un legítimo otro, un ser al que nos unimos, pero que es independiente y que puede pensar de una manera distinta a la nuestra. Las mejores parejas no son las que están el 100% del tiempo juntas, sino aquellas que son leales a sus acuerdos y compromisos.

Para amar es fundamental ir más allá de nosotros mismos, resonando afectivamente con el otro, pero reconociendo su individualidad y sus diferencias. Al hacerlo, descubriremos que tanto en pareja como de manera personal podemos lograr grandes objetivos, relacionándonos desde el amor y no desde la dependencia.