El poeta del mar.
Los 27 de febrero, fecha como la de hoy domingo, coincidencialmente parece que fuera el día de los sin tocayo. Mientras que la iglesia católica nos recuerda la fecha del nacimiento del santo Baldomero, – 660, en el colegio nos contaron que un 27 de febrero de 1920 había nacido uno de los más grandes poetas colombianos, Helcias Martán Gongora.
Mientras que el nombre de Baldomero tiene el significado de hombre famoso por su audacia, el nombre de Helcias corresponde a personas familiarizadas con el tema de las comunicaciones, que en el caso del bardo colombiano le cae como anillo al dedo, pues además de poeta, también se destacó como profesional del periodismo.
Helcias Martán Gongora, nació en el hogar de Helcías Martán Arroyo y Enriqueta Góngora de Martán, en el municipio caucano de Guapi, el 27 de febrero de 1920, hoy, hace 102 años. Murió en Cali, el 16 de abril de 1984.
Estudio en diferentes ciudades, Pasto, Medellín y Popayán y se graduó como Doctor en Derecho y Ciencias Políticas en la universidad Externado de Colombia. Como periodista, estuvo vinculado a El Tiempo, El Siglo y el Colombiano.
Sus biógrafos siempre recurren a lo que fue casi que una especie de auodefinicion que se hacia el poeta caucano: “ «Nací a ocho kilómetros de la desembocadura del río Guapi, en el Mar del Sur. La población negra me infundió, conjuntamente con el ritmo de las mareas, el sentido de la justicia social. De allí que mis poemas no puedan renunciar al acompañamiento táctico de marimba y tambor y que pregone en otros, el pregón del esclavo de ayer y de hoy».
Fue un gran recopilador de poesías de autores nacionales y extranjeros, que eran el material de su publicacipon Escaravel.
Fue director de Extensión Cultural y director de la Biblioteca de Extensión Cultural de la Universidad del Cauca, personero municipal de Popayán, director de Educación Pública en el Cauca y profesor universitario. Su obra poética, comprendida en los libros Humano Litoral I y II, Mester de negrería y fabla negra, Retablo de Navidad, Breviario Negro, Esopo 2000, Notas pastorales y Pastoral negra, algunos de ellos inéditos, contempla varias visiones.
Después de un largo recorrido por diferentes ciudades de Colombia y del exterior, eligió a Cali como su sede, al lado de su esposa doña Adelaida Hurtado de Martán y de sus hijos Aleida y Martín Helcías, quienes inspiraron muchas de sus creaciones poéticas.
Al referirse al estilo de su obra, Gran Enciclopedia de Colombia, escribió:
La mujer, punto fundamental en su creación, es concebida como principio de todas las cosas, planteando una ruptura con la mentalidad judeo-cristiana, según la cual el hombre fue primero. Esta visión sobre la mujer hace que a ella se le reconozca como paisaje, música, fruta, mariposa, y su piel de obsidiana le sirve al poeta para regresar y describir el pasado de su raza: Yo escribiré en la página de tu piel obsidiana/ baladas con el pulso de luz de las fogatas/ canciones de la sangre. Mi ser, como una tea/ señalará encendido los límites del alma. («Mujer negra»). También considera a la mujer laberinto mitológico donde se estacionan todas las creencias:
Eres la llama antigua/ trocada en llama nueva/ la sed inextinguible/ en torno a la cisterna («Gaita para Delia Zapata»).
Escrutinio parcial nos recuerda que Helcias Martán Gongora
fue miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua, Caballero de la Orden de Alfonso X el sabio, Grand’Croix d’Honner de la Orden Imperial Bizantina de Constantino el Grande, Profesor Honorario de la Cátedra Guillermo Valencia de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Cauca, miembro de la Academia de Historia de Popayán y de la Sociedad Bolivariana de Colombia, miembro del Grupo Esparavel; cofundador de la Revista Vanguardia de Guapi; director y fundador de Esparavel, revista internacional de poesía.
Desempeño cargos públicos como Personero de Popayán, Alcalde de Buenaventura, Diputado a la Asamblea del Cauca, Director del Teatro Colón de Bogotá y Representante a la Cámara por la Circunscripción del Cauca. En 1980 el Frente de Afirmación Hispánica de México le otorgó el Premio Vasconcelos; en ese mismo año fue condecorado con la Cruz al Mérito Cívico de Santiago de Cali, por ser el autor de la letra del himno a la ciudad; en 1982 con la Medalla Cívica Pascual de Andagoya del municipio de Buenaventura y el 3 de julio de 1984, en homenaje póstumo rendido a su memoria, el Concejo Municipal de Cali, con ocasión del Segundo Congreso de las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca, le confiere la Orden de la Independencia de Santiago de Cali, en el Grado de Caballero. Muere en Cali, el 16 de abril de 1984. En su sepelio, el poeta, Hugo Salazar Valdés expresó: “…El más grande, el más sereno, el más vibrante poeta marino de la Hispanoamérica”. |