23 de enero de 2025

Cuando el desespero puede más que la esperanza

6 de febrero de 2022
Por Víctor Zuluaga Gómez
Por Víctor Zuluaga Gómez
6 de febrero de 2022

Hace ya algún tiempo, Ingrid Betancourt retornó a Colombia fue entrevistada, mostró una gran madurez en sus opiniones acerca de la situación que vive el país y las posibles salidas a los conflictos que padece.

Recuerdo que en un artículo del Diario me referí al tema y afirmé que estábamos ante la presencia de una Ingrid completamente diferente a la mujer que hacía política en los momentos en que fue secuestrada por la guerrilla. Con un tono, que mostraba una gran madurez, se mostró conciliadora y rechazó las posiciones políticas de los extremos, encarnadas en los seguidores de Petro y de Uribe.

Haber llegado a la Coalición del Centro de la Esperanza, Ingrid, significaba dar comienzo a una etapa, insisto, de madurez, de conciliación, de apertura, de diálogo político, que tanto hace falta en estos momentos.

Pero, infortunadamente, cuando el equipo de la Colación en donde se encuentra Fajardo, Alejandro Gaviria y otros, posicionaba un discurso de convergencia, de diálogo, Ingrid se fue lanza en ristre contra Gaviria porque algunos personajes que pertenecían o pertenecen a otros partidos, resolvieron acompañarlo en su campaña para llegar a la presidencia.

La cuestión de fondo tiene que ver con lo que representan los personajes que han declarado su adhesión a Gaviria. De acuerdo con las declaraciones, ninguna ha manifestado que lo hace a nombre de su antigua colectividad o que ello significa que la Colación esté empeñando sus principios debido a las adhesiones a sus propuestas. Lo que yo entiendo es que los antiguos militantes de Cambio Radical y del Liberalismo lo que han planteado es que acogen los planteamientos que la Coalición viene proponiendo y de ninguna manera, lo contrario.

El cambio, en el mundo, en nuestras vidas, en los ideales políticos, siempre ha sido y será una realidad bien difícil de negar. Pero si partimos de la base que siempre debemos mantener nuestra militancia política, aquella que estuvo presente en nuestra juventud, y que es imposible cambiar de opinión, estamos condenados a repetir una y otra vez las doctrinas que desde siempre han prevalecido en Colombia.

Me parece, finalmente. que los sujetos que conformas la Coalición de la Esperanza, constituyen una garantía para que el país pueda a futuro lograr un desarrollo con equidad y en donde la violencia pueda ser desterrada definitivamente. Necesitamos convergencia, diálogo, para superar momentos tan difíciles como los que vive el país.