Una variante del covid-19 que puede costar la vida
Generalmente no soy muy dado a contar mis cosas, pero hay situaciones que prácticamente obligan a ser reveladas porque por la hora que atraviesa el mundo, no se está para guardar ningún tipo de secreto cuando está de por medio la vida humana.
Hace varias semanas salí de Colombia para cumplir con unos compromisos de fin de año, incluyendo los compromisos familiares.
Como todos saben si ud necesita hoy visitar otros países, se requiere del previo cumplimiento y exigencias actuales de las naciones, que por encima de todo buscan la protección de sus ciudadanos y exigen a sus visitantes estar perfectamente vacunados contra el CORONAVIRUS.
Cumplidos los compromisos y casi listo para emprender el regreso, comencé a experimentar algunas molestias propias de la infección del coronavirus. Molestias tales como dolor de cabeza, dolor de cuerpo, un poco de fiebre, náuseas, un fuerte dolor de garganta que no me dejaba ni tragar saliva, tos insistente, etc.
Muy molesto acudí un día muy temprano a un Quality Urgent Care, cercano a mi residencia para que en un examen me dijeran a qué se debían las molestias.
No pasó mucho tiempo, cuando la médica que me atendió regresó con un papel en la mano que en un de sus apartes decía SARS-cov-2 Antigen rapid testing POSITIVE.
Lo leí varias veces y no lo podía creer.
Me preguntó en un inglés muy claro que si estaba vacunado y le respondí que SI.
Entonces me explicó que no importaba el estar vacunado porque las variantes se extendían muy rápido y eran de alta peligrosidad. La vacuna detiene los efectos de la variante y le rebaja su peligrosidad.
Esta variante es la llamada OMICROM que además de peligrosa ataca a sus victimas repentinamente poniendo en peligro su vida.
Cómo me contagié? Ni idea pues a toda parte que voy tengo el tapabocas, que ya mucha gente no lo usa porque están confiados que nada les pasará.
No me pasaron a esas salas donde una legión de funcionarios vestidos de azul y con todas las protecciones, atienden a quienes llegan casi moribundos y los tratan de forma tal que lo único que se busca es mantenerlos con vida.
Yo pasé a otra sala muy pequeña donde continuamente me registraban los signos vitales, antes de ponerme una inyección intravenosa con un producto llamado anticuerpos. No me dijeron para qué era, pero mi estado y angustia eran tales que no preguntaba.
En uno de esos controles la funcionaria dijo que mi temperatura era de 98. Estaba tan débil en ese momento que no podía ni reclamar por el error.
Como podía tener 98 de fiebre, cuando yo me sentía normal?. Entonces vino la explicación rápida que me tranquilizó. «es que nuestra lectura se hace en grados fahrenheit y en su país lo hacen en grados centígrados».
A esta hora al escribir esta nota, no me siento aún recuperado. Lo que si quiero dejar en claro es que el tener dos dosis de vacunas aplicadas, me salvaron de algo peor.