29 de marzo de 2024

La importancia de una “lonchera saludable” en el retorno a clases presenciales: la salud más allá del COVID-19

23 de enero de 2022
23 de enero de 2022

  Tras poco más dos años de pandemia es la primera vez que los estudiantes de educación básica, primaria y secundaria tienen la posibilidad de asistir a las aulas de clase para continuar con su preparación académica. De acuerdo con cifras del Ministerio de Educación Nacional, el 97.7% de los establecimientos educativos oficiales y privados de las capitales del país ya se encuentran habilitadas y recibiendo en modalidad presencial al 100% de sus estudiantes.

Por ejemplo, el último censo de instituciones educativas en Bogotá daba cuenta de 2.242 establecimientos en total, que albergaban 1.419.635 estudiantes en todos los niveles de educación formalregular.

En este contexto de presencialidad es importante que no se pierda de vista que el virus continúa circulando y que los niños también son susceptibles de infectarse. De allí que la vacunación es la herramienta más importante para esta vuelta a las aulas, junto con las otras medidas de bioseguridad: uso correcto de tapabocas, lavado de manos constante y distanciamiento físico.

Pero más allá de estas medidas, se vuelve fundamental entender que la salud y el bienestar de los menores no solo están mediados por el COVID-19. Factores como el alimenticio cobran relevancia, sobre todo entender cuáles son los mejores alimentos para enfrentar el reto de volver a clase al colegio, dejando atrás las rutinas del hogar y la virtualidad.

Qué debe tener una lonchera saludable: 

Recuerde que el retorno a las clases presenciales implica un esfuerzo para el cuerpo de sus hijos. No olvide que al momento de alistar lo que va a llevar al colegio, no deben faltar:

Ø  Alimentos energéticos: panes integrales, cereales integrales, galletas integrales tipo avena, ponqué casero, frutas secas, pasas, ciruelas, barritas de cereal, frutos secos tipo maní, nueces, aceitunas, entre otros.

Ø  Reguladores: Jugos de fruta o frutas enteras, fruta deshidratada, fruta picada, verduritas picadas cocidas o crudas.

Ø  Formadores: Leche descremada, yogurt, huevos, jamones y quesos bajos en grasa.  Alimentos de origen animal bajos en grasa como: tortilla de huevo, salchichas de pollo o pavo, pollo a la plancha picado en cubitos, pollo deshilachado, entre otros.

Evite poner refrescos muy azucarados o bebidas gaseosas y paquetes, descarte los dulces o preparaciones que tengan exceso de grasa y azúcares. Procure siempre incluir agua y algún líquido bajo en azúcar; preferiblemente jugos de fruta natural

La lonchera, las clases y el COVID 19 

EL área de Promoción y Prevención de NUEVA EPS también trae una serie de consejos para los niños (y papás) a la hora de consumir la lonchera pues es un momento ideal para el contagio, ante la necesidad de remover el tapabocas para ingerir los alimentos.; recuerden que la preparación de los alimentos es tan o más importante que su consumo.

  • Lavarse las manos con abundante agua y jabón antes de consumir los alimentos. No solo por el COVID-19, sino también por las actividades propias de un niño en el colegio.
  • Aconseje al niño que consuma los alimentos en lugares abiertos, con bastante ventilación. No lo aliente a compartir sus alimentos, por el riesgo que implica.
  • Procure lavar las frutas antes de consumirlas. Si bien lo puede hacer en la casa, es mejor repetirlo antes de ingerirla.
  • Los papás deben fijarse en las fechas de vencimiento de los alimentos antes de consumirlos. Es importante inculcar este comportamiento en los niños.
  • Si los niños consumen agua en el colegio, es importante que sea agua potable, que no sea de los grifos pues puede generar problemas gastrointestinales.
  • En caso de que tenga un cuadro gripal, no suministre medicamentos, antibióticos o jarabes para la tos a menos que sean formulados por el médico

Finalmente, lo más importante es que los menores entiendan que es posible convivir con el virus siempre y cuando se mantengan e implementen las medidas de bioseguridad. Esta “nueva realidad” implica afrontar espacios en sociedad que son necesarios para la correcta formación de los estudiantes, de allí que su alimentación también sea parte fundamental a la hora del regreso a clases.