17 de enero de 2025

Adiós a un año difícil para Colombia

6 de enero de 2022
Por José Miguel Alzate
Por José Miguel Alzate
6 de enero de 2022

Llegó a su final el 2021, un año que le dejó a Colombia más tristezas que alegrías. No obstante que el país tuvo un crecimiento del 9.7%, donde después de un confinamiento obligado se logró la reactivación económica, algunos hechos dejaron en los colombianos la sensación de que no fue un año fácil para una sociedad que con lo sucedido ha demostrado tener resiliencia. El 2021 fue un año difícil. Empezó con el incremento de las muertes producidas por el Covid-19, un virus que llenó de dolor a cientos de familias que perdieron a sus seres queridos. Continuó con un paro donde el vandalismo sembró el terror en comunidades enteras que vieron cómo unos desadaptados sociales querían acabarlo todo. Y finalizó con una serie de actos terroristas que nos hicieron pensar en el recrudecimiento de la violencia.

El Paro Nacional, que se inició el 28 de abril como un movimiento de protesta contra las injusticias sociales, llenó de desesperanza a millones de colombianos que vieron sorprendidos cómo jóvenes encapuchados querían destruir lo que a su paso encontraban, no importándoles el caos que causaban ni la violencia que generaban. Ver a miles de colombianos desplazarse a pie hasta sus sitios de trabajo nos hizo entender la fragilidad de un Estado que no podía garantizar el servicio público de transporte. Y ver a los vándalos incendiando Cais con agentes de la policía adentro nos dejó claro que para muchos de los manifestantes la vida de un ser humano no importaba. El estallido social que desencadenó la reforma tributaria fue aprovechado para tratar de desestabilizar al país.

El 2021 es un año que quedará en la historia de Colombia como uno de los más duros que haya vivido el país en materia de salud. Fue el año en que se presentó el más alto número de muertos por Covid-19. En los doce meses que acaban de concluir se registraron más de ochenta mil fallecimientos, mientras en el 2020 fueron un poco más de cincuenta mil. El Covid-19 se convirtió este año en la primera causa de muerte en Colombia. En un solo día produjo 700 decesos. Y la crisis hospitalaria fue grande al presentarse en algunas ciudades una ocupación del 98% en las unidades de cuidados intensivos. Fue otro año en que a los muertos no los pudieron despedir sus amigos debido a las restricciones en el acompañamiento tanto en las salas de velación como en las honras fúnebres.

A estos dos hechos que despertaron en los colombianos sentimientos de angustia y esperanza al mismo tiempo se suman otros de significación que convirtieron el año que acaba de terminar en un año atípico. Por un lado, no se detuvo el asesinato de lideres sociales, ni de defensores de derechos humanos ni de reinsertados a la vida civil. En este sentido, las estadísticas muestran unas cifras elevadas. 130 lideres sociales fueron asesinados en Colombia entre el 1 de enero y el 30 de noviembre, según la Defensoría del Pueblo. Por el otro, con corte al 13 de diciembre, se presentaron 90 masacres que dejaron 320 víctimas. Y hasta el 23 de diciembre, según Indepaz, este año habían sido asesinados 48 excombatientes de las Farc. Estas muertes confirman que en el país la violencia no cesa.

El Tiempo dijo en su editorial del 31 de diciembre que el 2021 fue uno de los años más angustiantes que ha vivido Colombia. Si se tiene en cuenta el miedo que reinó durante estos 365 días en todos los hogares colombianos como consecuencia del coronavirus, y el alza en los productos de la canasta familiar después del paro nacional, y el fortalecimiento de los grupos alzados en armas después de que se firmó el Acuerdo de la Habana y el crecimiento de los cultivos ilícitos en algunas regiones del país, el 2021 si fue un año angustiante. Todo porque los bloqueos en las carreteras produjeron desabastecimiento, porque el miedo al contagio con el Covid-19 impidió el diálogo entre amigos y porque la inseguridad se disparó en las grandes ciudades, despertando en la gente el temor de salir a la calle.

Escribí al iniciar esta columna que el año 2021 le dejó a Colombia más tristezas que alegrías. ¿Cuáles fueron las tristezas? Además de las que enumeré atrás, está la poca atención en el control de precios a los artículos de primera necesidad. El incremento en los precios de los artículos de la canasta familiar afectó los ingresos de los más pobres. En muchos hogares no tuvieron con qué adquirir lo necesario para las tres comidas diarias. Todo subió de manera exorbitante. Y los precios se quedaron ahí, sin consideración alguna hacía el consumidor. ¿Y cuáles las pocas alegrías? Además de la recuperación de los empleos, haber puesto en servicio las nuevas vías 4G, que hacen más competitivo al país. Los túneles construidos en Antioquia, en el Tolima y en Caldas dejan en alto a la ingeniería colombiana.