29 de marzo de 2024

Libertad de prensa en el Quindío sometida a la pauta publicitaria

3 de octubre de 2021
3 de octubre de 2021

Por Crónica del Quindío

La prensa por ser el cuarto poder siempre ha estado en el ojo del huracán de la opinión pública, los gobernantes, las entidades privadas y los mismos colegas.

Más que un código de ética por profesión, se debe hablar que el periodista debe tener un nivel moral y ético mucho más alto que el resto de las personas.

La libertad de expresión está amparada por la Constitución Política, pero el comunicador debe ser consciente que debe informar de manera veraz. En el ejercicio periodístico no hay cabida para la cizaña, y mucho menos para las mentiras y calumnias, el gran valor que tiene el periodista, y lo único que necesita, se llama credibilidad.

Betty Martínez Salazar, presidenta del Círculo de Periodistas del Quindío, CPQ, y coordinadora regional de la Misión de Observación Electoral, MOE, habló con LA CRÓNICA sobre la libertad de prensa, un tema tan sensible en nuestro departamento como en el resto del país y gran parte del mundo.

“Los alemanes de Deutsche Welle, que es el sistema de medios públicos germano dicen que donde no hay libertad de expresión es imposible la buena información, porque está condicionado por muchos factores”.

Según los cálculos de Martínez Salazar, en el Quindío hay alrededor de 1.200 periodistas. La Universidad del Quindío, por año, egresa unos 90 profesionales, eso hace que haya una presión muy grande sobre el trabajo, sobre las formas de contratación. Precariza mucho la labor, porque el departamento no tiene muchos medios de comunicación.

“El Quindío tiene unos medios fuertes que dependen de unas cadenas nacionales que pertenecen a grupos económicos con una impronta específica, en el sentido que por ser grupos empresariales, pues podría considerarse que el negocio secundario es la información, porque lo que se hace con eso es que ellos presentan una visión de mundo y esos medios tienen que apoyarla, eso perjudica mucho la independencia del periodismo y la libertad de expresión”.

De otro lado, la presidente del Círculo de Periodistas del Quindío manifestó que los medios pequeños que viven de la pauta publicitaria, lo cual es legítimo, “lo que no deben hacer es que quienes administran esa publicidad coaccionen a las personas que trabajan en esos medios para que informen de cierta manera, porque la opinión pública, como dice la norma constitucional, debe estar bien informada”.

“Entonces la información suele venir con muchos sesgos, eso sin tener en cuenta por ejemplo, que quienes más disponibilidad de pauta publicitaria dan, son los gobiernos departamentales y locales. Ahí hay unos amarres muy fuertes que no dejan mostrar con la lucidez la información a la opinión pública y ese es el deber ser del ejercicio profesional. Los gobernantes creen que son los dueños de los recursos públicos y los asignan a sus grupos de amigos, a sus simpatizantes, a los comilitantes de su grupo o partido político y cercenan mucho el ejercicio profesional”.

Por estas presiones hacia los comunicadores, el periodismo investigativo es muy mínimo, casi inexistente y cuando existe por lo general hay un sesgo.

“Estalla un escándalo y claro, si este tiene que ver con los políticos, que es donde más se notan, no porque en el sector privado no hayan escándalos, los hay y muchos, sino porque esa situación viene con un sesgo. Entonces alguien de un partido político o de un grupo pone en el tapete de la actualidad algún tema de corrupción, por decir el de la alcaldía, ya tiene el sesgo y eso tiene la impronta de la intencionalidad con la cual se desarrolla esa noticia”.