29 de marzo de 2024

Por Óscar Javier Ferreira Murió «El García Márquez» del Llano, Eduardo Mantilla Trejos, Socio De Sayco

30 de julio de 2021
30 de julio de 2021

Por Óscar Javier Ferreira Vanegas

Nos enteramos de la infausta noticia del fallecimiento en la ciudad de Bogotá, del gran escritor y poeta Eduardo Mantilla Trejos.

Nació en Paz de Ariporo -Casanare- el 19 de mayo de 1943, pero desde muy niño su familia se trasladó a Arauca donde estudió su primaria en la escuela General Santander. Por eso, siempre se sintió araucano. El bachillerato lo realizó en la ciudad de Pamplona. Desde joven se involucró en el ambiente cultural, al lado de su amigo Héctor Paúl Vanegas. Su producción literaria comprende 32 libros, entre ensayos, crónicas, artículos, monografías y discursos.  Entre sus principales obras literarias se encuentran: «Sobre los Llanos», «Historia verídica de los tumba tiranos», «Tesoro jesuita», «Lencho Alfaro» y «Marandúa. Dichas obras fueron publicadas por Ediciones Pentandra, que siempre apoyó al escritor y poeta.

Su gran trayectoria fue reconocida por Juan Gossaín, quien se refirió a Mantilla como «El García Márquez del llano»,  y destacó su calidad investigativa en la recopilación de las tradiciones llaneras, en un mensaje grabado en video, con motivo de la condecoración  «La Orden del Congreso», grado Caballero, por su amplia y extensa labor literaria, distinción  entregada por la Senadora metense Maritza Martínez, quien lo reconoció como un referente del conocimiento y defensor de la idiosincrasia llanera, en desarrollo de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), 2018.

En dicho acto, el director del Instituto de Cultura del Meta, Celso Román, le otorgó la «Gran orden El Centauro», grado Comendador, por su dedicación y amor por la región.

Eduardo Mantilla preparaba su obra ‘Sonetos Orientales’, en la que incluía «Soneto a Héctor», dedicado a Héctor Paúl, su gran amigo, compositor y poeta araucano -ya desaparecido-,   y «Soneto al río Casanare”, en el que pretendía rescatar el estilo de corridos y romances, que, según él, había sido abandonada desde tiempos de Lope de Vega.

Recuerdo a Eduardo, muy animoso y conmovido, no solo por el homenaje, sino por la presencia de sus amigos. Firmó autógrafos e hizo allí el lanzamiento del libro «Llaneros de cedro». en el que recopila diferentes entrevistas a personalidades llaneras. Declamo y bailó al son del arpa de David Parales y «Los copleros del Arauca». En su honor hubo música y danza llanera.

Mantilla Trejos ocupó altos cargos y fue miembro de las Academias de Historia del Meta, Arauca y Boyacá, así como del Centro de Historia de Casanare. Fue condecorado con la medalla al Mérito «Miguel Ángel Martín» por la Gobernación de Arauca, donde   realizó la lectura de su obra “Llaneros de Cedro», que expresa conocimientos de hombres sabios del llano, para ser heredados a la juventud.

¡AH TIEMPOS AQUELLOS!

Conocí a Eduardo Mantilla Trejos, en uno de los parrandos en la casa de David Parales, hace cerca de cuarenta años.

Se distinguía por su gran amor por la poesía y su capacidad innata para declamar. Entonces, le pedía al arpista que tocara un seis, y comenzaba a declamar con frenetismo: «Los cuatro vientos del llano se han dado en el rio…», o terminar con orgullo otro de sus poemas, diciendo «llano querido, mi llano, no sabes cuánto te quiero»…

Los parrandos comenzaban, pero nunca se sabía, cuándo terminaban. Y brindábamos con miche, y Parales continuaba tocando, entredormido, junto a Hugo Mantilla, hermano de Eduardo, quien declamaba, Diego Mosquera, maraquero, Orlando Palencia al cuatro, con Rafael Padilla, bailador y cuatrista y cantante, junto Aries VIgoth, Danilo Soler y Joaquín Rico. De manera inesperada, el poeta se paraba de la silla donde dormitaba, y empezaba a declamar. David ya sabía que música interpretar, acariciando el poema. Y fueron muchos los que compartimos, en Bogotá, Villavicencio, San Martín y Arauca. Porque eran el pretexto para reunirnos y celebrar el ritual de la música llanera.

«LOS CUATRO VIENTOS DEL LLANO»

Reproducimos su poema «Los cuatro vientos del llano», obra icónica de la poesía llanera, que grabara para la posteridad el extraordinario «Carrao de Palmarito».

Los cuatro vientos del llano

se han dado cita en el rio,

para, cantarle al Arauca

que de fiesta se ha vestido.

El uno maneja el cuatro,

el otro capacho fino,

y sobre el hombro del tercero

como una dama de pino,

descansa el arpa que tiene

su sentir comprometido.

El cuarto viento que lleva

la cédula del prestigio,

y carga sobre sus hombros

siete cantares antiguos

prorrumpe con su voz clara

en medio del regocijo.

Un poco más de intención

y acompañamiento de arpa,

se necesita mi amigo

para cantarle al Arauca.

Se necesita mejor

ser familiar de la casa,

darle sentimiento al verso

y sentido a la palabra.

Yo que he nacido en el Llano

bautizado en la nostalgia,

confirmado en la ilusión,

y ordenado en la esperanza,

quiero cantarle al estero

tejerle un verso a la palma,

dialogar con los jejenes,

cantar con la paraulata,

hacerle un corrido al sol

y a la luna una tonada,

pero por falta de tiempo

ya que intenciones no faltan,

voy a cantarle a mi río

como las leyes lo mandan.

Cuando Dios estaba haciendo

las carreteras de agua,

y tenía ya al Amazonas,

al Orinoco y al Cauca,

al Meta y al Putumayo

y al fiero río de la Plata,

se propuso hacer un río

que fuera como la patria

de todos los habitantes

de las regiones del agua.

Le puso un manto de espumas

y cien collares de playas,

una sortija de montes

y una diadema de garzas.

Le dio por ojos un cielo,

por voz una serenata,

por sentimiento una copla,

por guardianes mil barrancas,

de padre le nombró el Llano

de madre le puso el arpa,

y no contento con esto

le puso por oriflama

una hermosa población

que lleva el nombre de Arauca.

HONOR Y GLORIA A EDUARDO MANTILLA TREJOS, el maestro, el escritor y poeta, cronista de la historia, que enalteció con su pluma la cultura llanera. Eduardo Mantilla vivirá en cada una de sus obras, en nuestros corazones y en la posteridad, donde su nombre quedará impreso para siempre en letras de oro.

Nuestras sentidas condolencias a su familia, muy especialmente a su hermano Hugo Mantilla Trejos, pedagogo, escritor, poeta y declamador araucano.