29 de marzo de 2024

La oposicion ¿quién fue Tulio Arbeláez? (IX)

7 de julio de 2021
Por Hernando Salazar Patiño
Por Hernando Salazar Patiño
7 de julio de 2021
(Serie de cartas dirigidas al director de El Andino  y caricaturista, Fabio Arias Gómez “Ari”, sobre historia de la prensa por los 100 años de La Patria) 

Fabio.

Que haya un periodista de Caldas que sea de mi conocimiento y trato, y  que de algún modo haya ejercido la oposición, es usted, por lo que creo que es el destinatario al que  debo dar a conocer el periodismo de oposición que se hizo en Manizales, desde más de cuarenta años antes de la fundación de  La Patria, y el que la precedió, o fue concomitante con ella, o apareció al poco tiempo, como pidiendo, preparando o anunciando la llegada del poder  liberal que lo iba a lograr en 1930.

Es que la hegemonía conservadora fue larga y aunque no tan hegemónica en los cargos, tuvo períodos duros como la Ley de las Caballos. No obstante, los primeros periódicos que registra la historia de Manizales, nacieron bajo el radicalismo liberal. Fueron El Ruiz, en 1874, cuya imprenta estuvo sujeta a los avatares políticos. Se dice que la que trajo don Alejandro Restrepo R. es la misma que en los tiempos del régimen español, habían traído los jesuitas a la ciudad de Antioquia. No era un periódico político, no obstante desapareció cuando la revolución de 1876, y una vez vencieron en esta los liberales  radicales, la imprenta fue expropiada a don Alejandro en 1877. En el 79, en  que los conservadores le declararon la guerra a Tomas Rengifo en Antioquia y vencieron, la expropiaron de nuevo, junto con otra que había sido de Gutiérrez Hermanos, los hijos del poeta Gregorio, en Medellín, y las trajeron a Manizales formando con ella la imprenta de la pequeña ciudad.

En 1878, bajo pleno Olimpo Radical, el primer periódico liberal del que tenga noticia fue La Frontera. Nada menos que nacido cuatro años después del primero en Manizales. Fue don Daniel Gómez E., su fundador.  Sorprendió en aquella época el gran formato de la publicación, por lo que  tuvo gran  importancia. Su divisa fue “paz, unión liberal y progreso” Hizo una gran campaña por el liberalismo y se destacó la enjundia de sus artículos.

Manizales, con 12.000 habitantes era una ciudad frontera y estratégica en las guerras civiles. Recién terminada la de 1876, quedándose en ella algunos de los famosos negros que evocó Victoriano Vélez, y de las llamadas “juanas”, y comenzara a venderse chicha, se transformó, y a pesar de la derrota conservadora, pasó a ser capital de provincia. Don Daniel redujo el formato, pero mantuvo el periódico hasta 1882.

Pero es en la primera década del siglo XX que un personaje funda varias publicaciones desde 1906. Se llamó Tulio Arbeláez. Este año publicó La  Silueta, un periódico de generalidades que a veces fue bisemanal y terminó semanal, en el que defendía el liberalismo y atacaba el Quinquenio.  Por esto su director fue desterrado al municipio del Guamo, en el Tolima. Y en 1907, fundó otro, todavía bajo la dictadura de Rafael Reyes,  La Nueva Era, que se distinguió por sus campañas a favor del partido, en una época difícil para los liberales en Manizales, según don Luis Eduardo Puerta. Aunque éste último, aparece como Periódico de variedad, funge como órgano de la oficina nacional de Estadística y de la Sociedad de Agricultores del Departamento.

Destaco este nombre, porque es el mismo del general Tulio Arbeláez, el “primer ayudantel” en las campañas del general Cesáreo Pulido, en la guerra de los Mil Días. El narrador de los episodios bélicos civiles de 1899 a 1902, en unas interesantes páginas que fueron editadas en 1936, parece ser el mismo periodista. Aunque no hay un solo dato que lo corrobore en el libro,  la carta pública que el historiador quindiano Alfredo Cardona Tobón le dirigió hace pocos años al escritor Jaime Lopera Gutiérrez, a propósito de “la relación del viaje   emprendido por Tulio Arbeláez por el occidente y centro del Viejo Caldas en el año de 1912” y que según él, los “ha motivado a buscar entre viejos papeles información” sobre Arbeláez, solo habla de la obra que desde hace años reposaba en   mi biblioteca.

Los amigos quindianos para nada mencionan al periodista, pero Cardona hace un buen recuento de las actividades guerreras del general Pulido, y de las campañas que libró en esa contienda. Coincido con Cardona, en que Tulio Arbeláez era de origen paisa y en el “fervoroso liberalismo” que profesó. Hasta ahí, parece que hablamos del mismo. Difiero en cuanto a que  fue solo testigo de una “dolorosa época”, pero no comparto su criterio de que no fue literato ni poeta. Un literato propiamente no, pero sí un periodista, en caso de ser el mismo de quien hablo, y que fue poeta, lo prueban los varios poemas suyos que incluye en el libro y que indican lo mucho que lo conmovieron los hechos. Y aunque en el estilo algo declamatorio de su tiempo, el detallismo, la capacidad de incitar a seguir el hilo narrativo, la misma claridad con la que escribe, saca airosa su escritura.

Atención, fue otro semanario liberal, fundado y dirigido por el mismo Tulio Arbeláez, por los mismos años, en el que volvió con reciedumbre por la defensa de sus ideas. Y uno más, El Industrial de Caldas, que apareció 1 de febrero de 1908, en la  Tipografía Municipal como órgano también de la oficina nacional de Estadística y de la Sociedad de Agricultores del Departamento. En 1909, desaparece este subtítulo.

Fue un activo y constante trabajo periodístico, con sus riesgos políticos, dado el muy reciente atentado contra el general Reyes -que lo tuvo alerta- el desarrollado por Tulio Arbeláez todavía muy joven, a los pocos años de la finalización de la guerra. El hecho de que entonces vivía en Manizales, su recorrido por el territorio, nos aproxima a la conclusión de que se trata del mismo personaje. Los historiadores nos lo aclararán,  mientras vamos recordando qué otras publicaciones de oposición, liberales o independientes, se dieron antes de los años veinte.