29 de marzo de 2024

En manos de jueces

16 de julio de 2021
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
16 de julio de 2021

Sí, ya estamos en manos de los jueces. Si alguien cree que no lo está, simplemente ya le llegará su turno. Nada más cierto que el adagio aquél que dice: “Si ves las barbas de tu vecino rasurar, pon las tuyas a remojar”. Así es que quién no se encuentre hoy en manos de un juez, sólo espere su turno, ya le llegará.

Desde luego que no sabrá como le llega, pero le llegará. Y hay que tener presente esto, porque cada día es más evidente la intromisión de los jueces en la vida ciudadana, en la organización de nuestra sociedad, en la administración de lo público y aún de lo privado. Cada día nos trae una noticia sobre los fallos, las disposiciones, las órdenes que desde la tribuna de los togados se reciben en todos los sentidos y en todas las materias. Y, lo peor, todo desde la óptica no muy bien formada, ilustrada y objetiva, producto de la formación deleznable que generalmente reciben en las universidades, tanto de renombre, como de garaje, que no son pocas.

Acaso soy exagerado? No hemos oído que, aún desde las más altas cortes, nos salen con unas disposiciones que nos anuncian que lo dicho en estas líneas es sólo una muestra de lo que nos dan. El ejemplo de lo que se sucedió con el Representante a la Cámara Álvaro Hernán Prada, es el proceso del que no se desprendió la Sala de Instrucción de la Corte Suprema cuando el encausado renunció a su curul en el Congreso, y sí lo hizo en el caso del senador Álvaro Uribe. En ambos casos la razón por la cual son investigados ellos,  no fueron hechos delictuosos derivados de su labor parlamentaria, no obstante para Uribe si hubo razón para darle traslado de su caso a la justicia ordinaria. Aquí saltó por los aires el principio jurídico que determina que: ”Donde cabe la misma razón, cabe la misma disposición”.  

Más no importa. Ahora, se revive el mismo drama que vivió hace unos años un congresista de apellido Ardila, quién osó abrir una investigación contra un magistrado. De inmediato el togado abrió investigación contra quien tuvo tal osadía de investigarlo. Aquel hecho fue duramente criticado en el entonces y hoy se repite, cuando el Representante a la Cámara Edward Gutiérrez abre investigación al magistrado César Reyes, de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema, por un contrato que antes de ser Magistrado desarrolló. Pues parece que el Magistrado es ininvestigable, so pena de padecer Gutiérrez la ya conocida arbitrariedad de la Sala de Instrucción, sobre la cual no ha puesto sus ojos la Procuraduría, como garante del cumplimiento de las normas y el respeto a los derechos de los ciudadanos, frente a ciertos procesos en los cuales es evidente la violación de las disposiciones legales. Aquí cabe, como cupo ayer, hablar de la permanencia de un “Cartel de la Toga” intocable, del tipo del que destaparon por arte de birlibirloque no hace mucho. ¿Que hay Cartel?: ¡Sí, lo hay!    

Y si miramos lo que se ha sucedido en las jornadas de los últimos días, en lo relacionado con los salvajes desarrollos de un grupo de ciudadanos que se han tomado para sí la definición de los derechos de los demás, y los requisitos para dar detención intramuros a algunos de ellos, ofenden sin lugar a dudas. Darle casa por cárcel a quienes han sido sindicados de dar muerte a un ciudadano (Policía vestido de civil, fuera de servicio), en Cali, torturado, asesinado, y luego lanzado al rio Cauca, es una afrenta a la sociedad. Igual tratamiento y aún más permisivo se ha dado a sujetos que han establecido verdaderas organizaciones delictivas para que las jornadas deriven en verdaderas asonadas y batallas campales.

Y, sin rubor, ahora determinan a quién y cuando se le ponen vacunas. Y así lo ordenan a los servicios de salud. Habrase visto. Y decidir que, para ensuciar, rayar, escribir lo que se les da la gana a los que tales cosas hacen en los muros de las ciudades, no hay que pedir permiso a las autoridades. Así la prohibición de fijar afiches, anuncios, o de escribir e insultar a quien se quiera, es asunto de libertades que no se pueden conculcar. Y de  las normas de las ciudades que?

Eso del “Gobierno de los Jueces”………….. parece que se quedó en palotes. Ahora no sólo gobiernan, también disponen de vidas, bienes y libertades. Y faltos de formación, de ética y de sidéresis…….

Manizales, julio 13 del Segundo Año de la Peste.