Maestro periodista de periodistas maestros (VI)
(Serie de cartas dirigidas al periodista, escritor y profesor Carlos Mario Vallejo sobre los 100 años de La Patria)
Carlos Mario.

Permíteme volver sobre el nombre de ese maestro de varios pueblos de Caldas, maestro del buen escribir, y maestro de periodismo, don Jesús Londoño Martínez. No solo por su actividad de maestro de juventudes, permanente, ejemplar, inolvidable para los que fueron sus discípulos cuando enseñó en Salamina, Neira y Santa Rosa de Cabal, o estuvo de rector del colegio Exagógico, de la Normal de Institutores, o del San Simón de Ibagué, o pasó de ser Inspector General de las escuelas y colegios de Departamento, a la dirección de la Instrucción Pública de Caldas para engrandecerla.
O por sus poesías, en las que hay una en la que hace la “Apoteosis del Maestro”, a su “antiguo maestro”, nadie menos que don José María Restrepo Maya: “Fue en este santo asilo, en ese templo / do la palabra, el libro y el ejemplo / fecundaron asiduos en mi mente / la primera simiente / de la ciencia del bien. El varón justo / pastor de aquella grey tierna y propicia / me enseñó a rendir culto a la justicia / a proferir de Patria el nombre augusto / con reverencia santa. /…” Ni apenas por sus cuentos, novelas cortas, cuadros de costumbres, o ensayos y ojalá por ese texto que vi una única vez en mi vida, a un precio menor que en ese momento no tenía para cubrir, de esa joya que se llama Lecciones prácticas de Ortología y Ortografía Castellana, (Imprenta de La Luz, Bogotá, 1926) y que debería reeditarse, por orgullo y para mejor aprender.
Y de acuerdo con lo que manejas y a tus inquietudes, que trato de atender, de don Jesús Londoño Martínez debes saber que su actividad periodística fue incansable por más de veinte años, con El Republicano (1890) (por su amplitud, José Tomás Henao y Juan de Dios Jaramillo, compraron toda la edición, y la quemaron),El Amigo del Hogar (1891), muy pedagógico, La Actualidad (1893) con el maestro Jesús María Guingue, El Sur (1894), con José Ignacio Villegas y otros, literario como El Editor (1894), El Iniciador (1895), que se lo administró el general Ramón Jaramillo, la Revista Nueva que publicó el primer número con don Jesús María Guingue en 1899, pero la guerra suspendió los siguientes, hasta que en 1904, se inició con ella la literatura caldense, por el selecto grupo que la formó. Y en el siglo XX, La Información (1903) con Valerio Antonio Hoyos, para la campaña por Rafael Reyes, La Correspondencia (1908), La Crónica (1909) republicano a partir de 1910, y con la mencionada antes, La Idea, que fundó el 4 de junio de ese mismo año de 1910.
Lo que quiero insistirte, es en que no fue vano el entusiasmo de su pluma que hizo nacer esa decena de periódicos y revistas independientes, literarias y políticas. Porque con solo habernos legado a sus hijos, Roberto, Eduardo y Bernardo Londoño Villegas, el periodismo de Caldas y La Patria en particular, adquirió obligación eterna de gratitud con esta familia.,

Eduardo Londoño Villegas merece un capítulo especial, sobre todo como cuentista y novelista, autor de la primera novela urbana escrita en Colombia, “El Rey de los Cangrejos (Bogota 1927), Ipna Zu Guapna (1945), escrita en La Guajira, y “Esto y lo otro” (Iqueima 1952), de la que es autor Schom Cai. El periodista dirigió Gaceta de Occidente, en reemplazo de su fundador Jaramillo Meza, en 1929. Sus “Piedras filosofales”, que aparecían con regularidad en El Tiempo, fue leidísima. No te hablo del poeta, que a raíz de una crítica del afamado bardo barranquillero, Miguel Rasch Isla, sobre la poesía, lo desafió en verso públicamente, por su periódico Diario Liberal, y se dio el lujo, según todos, de salir airoso de esa controversia poética. Esa sonada polémica, se le escapó al investigador maestro Vicente Pérez Silva en su gran libro sobre ellas.
Este rebelde periodista liberal, de ideología distinta a la de su padre y sus hermanos, tiene su nimbo en su leyenda como militar, como el capitán Londoño, el fundador de Uribia en la Guajira, de la que fue administrador y en la que vivió largo tiempo, para que les cuentes a los historiadores, que no tienen idea de esto, porque ni los guajiros, como lo he comprobado, lo saben tampoco. Un manizaleño para rescatar, para biografiar, para leer. El excelente actor de telenovelas, de películas internacionales como Confesión a Laura, sobre el 9 de abril, Gustavo Londoño, no sobra decírtelo, era hijo suyo.

Y Bernardo Londoño Villegas, que estuvo entre los primeros participantes de la revista Cervantes de Arturo Zapata, autor de la columna Parcela del doctor Fausto que salió por años en La Patria, fue con el psiquiatra Hernán Vergara y Álvaro Rivera Concha, uno de los fundadores de la Democracia Cristiana en Colombia. Redactor de su Boletín, fue además, en vida, desde su inicio, del consejo de redacción de la revista Testimonio, integrada por progresistas intelectuales católicos y escribió un profundo libro, “Al encuentro de Dios y del Hombre” (Bogotá 1966), que revela la autenticidad de su fe, la esperanza y de la caridad, como lo dejó escrito.