29 de marzo de 2024

Leguleyadas

7 de junio de 2021
Por Clara Inés Chaves Romero
Por Clara Inés Chaves Romero
7 de junio de 2021

En medio de la crisis que vive el país y del clamor de miles de ciudadanos en las marchas para acabar con la corrupción y pedir calidad de vida y un Estado equitativo, es inconcebible que los congresistas no entiendan ni lean la realidad y la situación actual.

En la FM salió una noticia el 31 de mayo titulada “Magistrada denuncia ‘micos’ en reforma a la justicia que se tramita en Congreso” que dice así: la presidente del Consejo Superior de la Judicatura denunció que los congresistas le hicieron modificaciones a ocho artículos del proyecto de reforma a la justicia “desdibujando el espíritu original del texto” poniendo en riesgo la administración de justicia.

Uno de los cambios que se hicieron en el Congreso fue para que las personas que no sean abogados sino de otras profesiones pudieran ser magistrados. Esto es un exabrupto pues se estaría violando la constitución ya que la justicia debe establecerse por personas calificadas que conozcan de la materia.

Pero como si fuera poco los pensionados de la rama iban a poder seguir en el cargo afectando de esta manera la carrera judicial y la misma institucionalidad.

Además querían disminuir los requisitos para ser magistrado por lo cual cualquier persona iba a poder ser magistrado y eso acabaría con el sentido de lo que debe ser la rama judicial.

Lo que la sociedad civil viene pidiendo es el fortalecimiento del Estado de Derecho y no la debilidad de una de las ramas más importantes de la democracia en el mundo.

Ante la hecatombe que vive la justicia y el desequilibrio de poderes no solamente en las tres ramas del poder público sino en los órganos de control, lo que menos le conviene a los colombianos y al país es debilitar la justicia para politizarla más de lo que ya está.

Cómo pretende el Congreso que la ciudadanía recupere la confianza en él y en los partidos políticos si lo que demuestran es más clientelismo, corrupción, populismo y gamonalismo, todo lo que el pueblo colombiano quiere combatir.

El cambiar un proyecto de reforma a la justicia parecía ser de mala fe en detrimento de la democracia, no ayudaba a la reconciliación del país, más aún cuando la justicia debe fortalecerse y despolitizarse.

Lo que los colombianos debemos hacer es en las próximas elecciones es una revolución electoral que castigue a los congresistas que pretendan hacerse reelegir y que han venido demostrando que no piensan en el bien común sino en el interés personal, populista y electorero para acabar con sus actitudes al país.

(*) Exdiplomática y escritora