29 de marzo de 2024

 El impar humorista de las “charlas” (VII)

25 de junio de 2021
Por Hernando Salazar Patiño
Por Hernando Salazar Patiño
25 de junio de 2021
(Serie de cartas dirigidas al periodista, escritor y profesor Carlos Mario Vallejo sobre los 100 años de La Patria)
Carlos Mario.
Roberto Londoño Villegas (Luis Donoso)

Roberto Londoño Villegas se educó con su padre, y con esa castiza enseñanza entró de lleno al periodismo. Poeta lírico, muy joven, con su poema  “Ruta del Bien” fue laureado en 1916 y por otro  poema “Símbolos rojos” fue premiado en 1918. Los manizaleños de entonces, memorizaron con deleite “Ego sum”.

Dirigió el periódico político Lampos, que fundó mi tío Carlos Patiño,  en 1911, Colombina en 1912, con Ignacio Gómez Calderón, que  reunió un magnifico grupo, fundó la revista exclusivamente literaria Palabras, en 1913, integrándose su generación, y colaboró en casi todas las publicaciones de ese tiempo. Hizo parte también de Renacimiento, pero fue de los primeros redactores de La Patria. El seudónimo de Luis Donoso, te repito, lo usó a partir de 1935. En este diario empleo más: Cristina de Lucena y Rosa de Marillac, entre otros. Escribió también en El Criterio, Colombia y Renacimiento Literario. Y su prestigio creció tanto que periódicos como El Tiempo, El Espectador, El Siglo, Diario del Pacifico y El Colombiano, lo solicitaron.

De lleno en el periódico La Patria, fue enviado a Bucaramanga a cubrir los IV Juegos Nacionales  de 1936, en los que a la delegación de Caldas se le otorgó una medalla especial. Ocupó las secretarías de obras y gobierno en el municipio y fue hasta alcalde encargado. Dirigió la revista Civismo, como secretario de la SMP, y fue Jefe de control de obras del Centenario.

Su humorismo sin  par lo recogió en “Por el lado flaco” “Charlas”, “De perfil y de frente”(1947) “De reojo”, y en la selección póstuma  de “Charlas de Luis Donoso” (1980), en las que las noticias sangrientas, pasionales, curiosas, que leía, o le enviaban, y las he estado releyendo  mientras te escribo, pues provoca  seguir y seguir, porque ingenio y gracia no envejecen, pero de las que por espacio es imposible darte muestra ahora y ya vendrá alguna carta que lo requiera. Con todo, el soneto en el que le hizo homenaje en 1938 el maestro Guillermo Valencia, lo consagró definitivamente, con versos como:

“Oye Donoso, tu charlar me agrada.                                
Eso no es escribir, eso es portento.

Eso es dejar que un río de talento

apure su caudal por la llanada.

 

El aire de tu Musa  emancipada,                                           
su sabroso reír y su ardimiento

se imponen con heroico atrevimiento

en cualquier académica jornada

 

Si das, rimando, al filo del abismo,                                        
sueltas como pontón un  neologismo                                     
y ganas de través la opuesta orilla.

 

No tiene fin tu pródigo salero.                                    
Eres as de poetas y el primero

de todos los  guasones de Castilla.