28 de marzo de 2024

Coherencia

17 de junio de 2021
Por Juan Alvaro Montoya
Por Juan Alvaro Montoya
17 de junio de 2021

La coherencia es fundamental en la política. Mantener la relación entre lo que se expresa y nuestros actos debería ser la regla de la vida, pero lamentablemente parece la excepción. Actuar en contrasentido es característico de quienes obran con ligereza, irresponsabilidad, falta de información o dolo. Sus fines parecen de “largo aliento”, pero sus anhelos son fugaces. Persisten obstinadamente en sus falencias, agitando aguas que creen le permitirán navegar a favor, pero que indefectiblemente terminan por convertirse en una marea que los ahoga sin remedio.

El comité de paro asumió – unilateralmente – las banderas de justas reivindicaciones sociales que tienen su génesis en escollos históricos de nuestra patria. Si bien cuenta con una conformación plural de asociaciones que representan diversos sectores; durante los últimos días se han caracterizado por mensajes contradictorios que cubren con una sombra de duda los verdaderos móviles del polvorín social que han levantado. En su periplo se cuentan varias incongruencias que merecen ser recordadas.

Desde el origen de la reciente movilización popular se clamó por un objetivo concreto: El hundimiento de la reforma tributaria y la reforma a la salud. Estos proyectos ya estaban condenados a muerte en el Congreso de la República por falta de consensos para sacarlos adelante en razón a la gravedad de la economía nacional con ocasión de la pandemia que ha golpeado nuestro país. Una vez logrados estos hitos, los convocantes de las movilizaciones decidieron aumentar la presión en el ejecutivo al auspiciar bloqueos al sistema productivo nacional.  Al margen de las cuestionables medidas que se emplearon para obligar la negociación, resulta evidente que esta decisión trajo consigo nefastas consecuencias que lesionan, precisamente, el bolsillo de la clase trabajadora que dicen proteger: El costo de los alimentos en ciudades como Popayán, Florencia, o Cali alcanzó incrementos del 700% anual, motivados fundamentalmente por la dificultad de movilización de carga, cifra comparable a la que experimenta el vecino y caótico Venezuela, afectando con ello el poder adquisitivo y la seguridad alimentaria de los mas vulnerables.

Sus querellas en favor de las pymes son un monumento a la ironía. Mientras las solicitudes que presentaron en el pliego demandaban subsidios a las micro y pequeñas empresas por 6,8 billones, el desorden institucional causado por una irresponsable convocatoria a la desobediencia civil ha conllevado pérdidas para las pymes por mas de 10,2 billones, el cierre definitivo de mas de 40 mil unidades productivas y mas de 500 mil desempleados nuevos a causa de las inevitables quiebras de las empresas.

La financiación de la renta básica mensual es otro contrasentido. Se le ha solicitado al ejecutivo una renta básica mensual de un salario mínimo para los hogares mas afectados por la pandemia. Pero en el mismo sentido se le requiere disminuir su recaudo tributario y aplazar las medidas para ajustar las finanzas públicas golpeadas por un confinamiento forzado de casi un año.

La representación ha sido otro punto de controversia. El comité de paro ha presentado al Gobierno un pliego de condiciones dinámico, que crece geométricamente. De una petición inicial pasó a dos, de allí a ocho y ahora son mas de cien. A pesar de su inagotable lista, han sido claros que no representan la totalidad de los movimientos sociales. Sin embargo, si se han abrogado la discusión con la administración como si fuesen los representantes legítimos de todos los marchantes.

Los verdaderos móviles del paro nacional es uno de los puntos más álgidos. Con desparpajo expresaron durante los primeros días, que su movilización carecía de fines políticos y que solo aspiraban a transmitir la angustia de un pueblo asfixiado por un largo periodo de confinamiento. Sin embargo, un alto directivo y expresidente de FECODE y miembro del Comité de Paro expresó en una reunión pública la inobjetable finalidad de éste, que pretende aprovechar la coyuntura actual para llegar robustecidos a las elecciones presidenciales de 2022. En otras palabras, descubrió sus cartas antes de tiempo y dejo ver su juego.

Para concluir: El COVID-19. El comité cerro filas para proteger, según ellos, la salud de los colombianos. Para lograr este cometido demandó del gobierno nacional el retiro de la reforma al sistema médico. Sin embargo, han hecho oídos sordos a las súplicas para cuidar la salud y han actuado con crueldad promoviendo movilizaciones masivas por casi dos meses que han hecho del tercer pico un valle de lágrimas.

En el país de “Macondo”, la incoherencia parece la regla. Sin embargo, lo acontecido en torno al comité de paro, se lleva el premio mayor.

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