29 de marzo de 2024

Parteras se acercan a prácticas médicas en torno al cuidado

13 de mayo de 2021
13 de mayo de 2021
Aunque la partería es un oficio que suele asociarse con las regiones apartadas de Colombia, en las ciudades también existe. Fotos: archivo Unimedios.

Después de analizar diferentes aspectos de la partería, una investigación de la UNAL identificó que el cuidado forma parte de esta práctica que permanece en el país pese a la fuerte institucionalización del parto y a que las mujeres que la ejercen se han acercado al conocimiento médico para desempeñar su oficio.

Así lo señala la licenciada en Educación Comunitaria María Silenia Villalobos Quevedo, magíster en Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, quien encontró que muchas de ellas antes no usaban guantes, ahora todas lo hacen; miden la presión arterial de las mujeres al momento del parto, entre otras prácticas médicas, y si es necesario remiten a los centros de salud los casos que no pueden controlar desde su oficio.

“Ellas han entendido que no es peleando con los sistemas de salud, sino que es cualificándose y organizándose con ellos; ahí se da una relación en doble vía, porque de hecho algunos de estos sistemas han vinculado las prácticas de la partería para mejorar su servicio” señala la licenciada Villalobos.

Agrega que aunque las parteras no han desaparecido del panorama nacional e internacional, y no van a desaparecer, en Colombia el oficio está relacionado con una fuerte distancia institucional de las necesidades en salud pública de las mujeres gestantes y parturientas (que está de parto o acaba de parir) en los territorios.

Estos son algunos de los aspectos que la magíster explicó en su investigación “La partería: una perspectiva feminista sobre el cuidado”, en la que indagó –desde el punto de vista de las parteras– la singularidad de este oficio, cómo se identifican y cómo viven su ejercicio, además de examinar desde una perspectiva feminista dónde se centra su quehacer y sus saberes.

Al hacer un acercamiento con las parteras del Chocó, encontró que además de las mujeres afro, en el departamento este oficio también lo ejercen indígenas, ubicadas en cabildos muy lejanos a centros de atención de salud.

En estas comunidades, las parteras desempeñan una labor directa de cuidado, pues el primer centro de salud puede estar a una hora de camino o a varias horas por lancha. Ante la evidente precarización del componente de salud en los territorios, este abandono hace que las mujeres que practican este oficio permanezcan.

Radiografía de las parteras

Aunque las parteras no se puedan ubicar geográficamente, pues se encuentran dispersas por todo el país y no hay un censo, sí existen organizaciones que se han encargado de darle visibilidad al oficio.

La Asociación de Parteras Unidas del Pacífico (Asoparupa) es una de las más grandes, con más de 100 parteras en su red; también está la Asociación de la Red Interétnica de Parteras y Parteros del departamento del Chocó (Asorediparchoco), y aquellas que forman parte de las comunidades indígenas, que también tienen un alto grado de reconocimiento.

Sin embargo “las parteras que están ejerciendo en las ciudades o en zonas rurales y que no son de círculos reconocidos, están en todo el territorio nacional”, explica la magíster.

Las parteras son mujeres sencillas, con diversas formaciones académicas y que conocen lo que están haciendo, aunque no estén carnetizadas o reconocidas por el sistema de salud.

Estas mujeres han empezado a reclamar un reconocimiento institucional y político, pues aunque ya existe el patrimonial, este no es suficiente. Sin embargo, entre los obstetras y la medicina tradicional hay unas tensiones fuertes y difíciles de resolver.

Una relación en doble vía

Otro hallazgo de este estudio, dirigido por la profesora Amparo Higinia Hernández Bello, de la UNAL Sede Bogotá, es que la relación de los sistemas de salud con la partería es compleja en muchos aspectos.

La principal crítica que se le hace a este oficio se centra en el acto de recibir al bebé, “porque en ese momento hay una línea muy delicada entre la vida y la muerte, y allí una partera tiene una responsabilidad enorme”. En este punto, los profesionales de la salud tienen un fuero jurídico que de alguna manera los protege, contrario a las parteras.

Para llevar a cabo este trabajo, se tomó como referente los relatos y experiencias de algunas parteras del centro del país. Con un enfoque feminista, se recolectaron datos clave a través de entrevistas semiestructuradas y observación participante.

Se contó además con la participación de tres parteras de diferentes municipios de Cundinamarca, y también se trabajó con el Movimiento Nacional por la Salud Sexual y Reproductiva en Colombia. Con dichas fuentes, se abordaron las categorías de práctica, saber y cuidado enmarcadas en el oficio de la partería en el país.

Agencia de Noticias UN – Unimedios