28 de marzo de 2024

Colombianos muestran en las calles su firme rechazo a la reforma tributaria

28 de abril de 2021
28 de abril de 2021
Imagen CUT

Irene Escudero

Bogotá, 28 abr (EFE).- Decenas de miles de personas salieron este miércoles a las calles de varias ciudades colombianas para pedir al Congreso que no apruebe la reforma tributaria del Gobierno y se centre en el salario mínimo, en una jornada empañada por la violencia en Bogotá y Cali, donde una persona murió.

Con el «No a la reforma tributaria» impregnado en cánticos, pancartas, camisetas y afiches, los colombianos se movilizaron en las principales ciudades alegando que la reforma que impulsa el Gobierno del presidente Iván Duque es «hambre y miseria para el pueblo».

En Bogotá, desde esta mañana se produjeron movilizaciones en varios puntos y la principal, encabezada por sindicatos y acompañada por miles de personas, fue desde el Parque Nacional hasta la céntrica Plaza de Bolívar.

Con carteles de apoyo a la protesta, los colores nacionales en camisetas, globos y banderas y a ritmo de batucadas, los manifestantes pidieron tumbar la reforma tributaria y clamaron contra el Gobierno, reclamando además una renta básica.

IMPUESTOS PARA LOS MÁS GOLPEADOS

«Nos estamos movilizando en contra de la reforma tributaria que se viene discutiendo en el Congreso y exigiendo renta básica para las comunidades y para la gente de los barrios que ha sufrido con mayor fuerza las consecuencias de la pandemia», dijo a Efe Maribel Salamanca, procedente de las organizaciones sociales de Ciudad Bolívar, uno de los barrios más humildes de Bogotá.

La subida de impuestos a productos básicos de la canasta familiar o el progresivo aumento del impuesto a la renta a quienes ingresan 2,4 millones de pesos mensuales (unos 660 dólares) puede afectar a estas poblaciones, que han sido las más golpeadas económicamente por la pandemia.

El Gobierno alega que necesita cerrar el hueco que ha creado la pandemia en las arcas del Estado, y con la reforma tributaria espera recaudar 25 billones de pesos (unos 6.850 millones de dólares).

Uno de los sectores afectados por la reforma es el de la cultura, herido de muerte por la pandemia y que alega que la ley acaba con organismos que ayudaron a desarrollar la industria del cine, entre otras, mediante subvenciones.

La reforma «quita apoyos, que aunque eran pocos existían, y de paso pone en una cintura tributaria a la gente que realmente no tiene un ingreso fijo», dijo a Efe el portavoz de la Coalición de Trabajadores por la Cultura, Ricardo Arcos.

Desde esta plataforma consideran que la reforma apuesta por la guerra y no por los sectores que apoyan la paz. «La cultura tiene que ser la vanguardia política de la nación, la defensa de la cultura es la defensa de la humanidad y de la paz y los trabajadores de la cultura desempeñamos un papel fundamental ahí», argumentó Arcos.

CLIMA PACÍFICO QUE ACABÓ EN ALTERCADOS

La protesta nacional fue motivo de controversia debido a que Colombia atraviesa su tercer y peor pico de la pandemia, con nueve días seguidos acumulando más de 400 muertes por covid-19, y el martes un tribunal decidió suspenderla «hasta conseguir la inmunidad de rebaño».

Sin embargo, los sindicatos mantuvieron el llamado a la movilización que consideran «un derecho universal consagrado en la Constitución política y que no puede ser restringido por ninguna autoridad», según dijo a Efe el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés.

A mediodía, varias autoridades locales y estatales destacaron el transcurso pacífico de las marchas, que confluyeron de forma espaciada y con la gran mayoría de personas usando tapabocas, pero no estuvo exenta de altercados con la Policía, principalmente en Bogotá y Cali.

«En general en Colombia hay un buen comportamiento pero queremos aprovechar para invitar a todas las personas a que respeten la salud de todos», manifestó el director de la Policía Nacional, mayor general Jorge Luis Vargas.

En algunas ciudades, según aseguró el ministro de Defensa, Diego Molano, fue necesario reforzar la seguridad por actos vandálicos en los que fueron destruidos e incendiados autobuses públicos, locales comerciales y oficinas.

UN MUERTO EN CALI

La jornada Cali (suroeste) comenzó caldeada después de que indígenas misak derribaran la estatua del fundador de la ciudad, el conquistador español Sebastián de Belalcázar.

El alcalde de esta ciudad, la tercera más importante del país, Jorge Iván Ospina, destacó el «derecho a manifestarse contra políticas del Gobierno nacional», pero lamentó que «mientras que unas grandes mayorías salieron a movilizarse bajo su derecho a la protesta, otras personas de manera premeditada, irresponsable y criminal (…) actuaron para vandalizar la amada Cali».

Así, según el alcalde, los «vándalos se dividieron la ciudad en diferentes áreas» y actuaron en el oriente «donde desafortunadamente una persona murió en hechos no esclarecidos vinculados con la manifestación».

En Bogotá, las manifestaciones que comenzaron con algún pequeño altercado en el sur de la ciudad, transcurrieron de una manera pacífica y casi festiva, pero acabaron con fuertes disturbios en la plaza Bolívar, donde confluyeron varias de las marchas.

Tras la acción de unos pocos manifestantes que arrojaron piedras a la Policía que custodiaba la entrada del Palacio de Justicia, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) cerró las entradas a la plaza y acorraló a los que aún se encontraban en el interior, incluidos varios grupos que estaban allí de forma pacífica.

La alcaldesa de la ciudad, Claudia López, pidió a mediodía a los ciudadanos que «por su cuidado, por su salud, empiecen a regresar a sus casas el día de hoy a partir de las dos de la tarde», una tarea bastante complicada, debido a la falta de autobuses y los cortes de circulación en muchas de las calles de la ciudad.

Las marchas también han estado salpicadas por una gran cantidad de robos a los manifestantes y ataques a establecimientos comerciales, incluidas las instalaciones del canal RCN y de su filial NTN24, donde también tuvo que intervenir el Esmad. EFE