29 de marzo de 2024

Los retos del periodista profesional en tiempos de crisis

17 de febrero de 2021
Por Fernando Escobar Giraldo
Por Fernando Escobar Giraldo
17 de febrero de 2021

Esta crisis extraordinaria de la pandemia que ha cambiado al mundo en tan solo un año, crea nuevos retos para el periodista profesional. Y aclaro que me refiero al periodista profesional, porque las facilidades de comunicación hoy en día, han llevado a ¨cualquiera¨ a creerse o a actuar como periodista. El profesional sigue algunos cánones concretos, y tiene la indiscutible obligación de ser auténtico, de buscar y decir siempre la verdad aunque vaya en contra de sus convicciones personales, de ser objetivo, de poner por encima de cualquier interés personal su misión de servicio comunicando o informando, de combatir las injusticias. Y a todo esto y a otros puntos que pudiéramos mencionar, hay que agregar que el periodista profesional, bien sea de carrera académica o empírico, debe tener ¨principios¨, natos o cultivados. El periodista profesional investiga y se cerciora antes de publicar. Periodista profesional no es el emigrado de una facultad, es el que cumple con todos estos rigurosos enunciados. Además, se preocupa por investigar, por aprender, por escribir y hablar bien, por mantenerse al día en todo.

Las noticias falsas o tergiversadas han existido siempre, desde que la humanidad tuvo su origen. Pero los avances tecnológicos permiten que se propaguen a gran escala y a velocidad extrema. Hoy es mas popular el término en Inglés ¨fake news¨(noticias falsas), que ¨good news¨ (buenas noticias). Me inclino a llamarlo como ¨el gran fenómeno negativo de las comunicaciones modernas¨. Y no es tan lejana en el tiempo esa propagación. Tiene la misma edad de las redes sociales, pero además existen factores que las incrementan cada día, tales como la creación de ¨fábricas de noticias falsas¨, existen, créanlo o no, con todas las de la ley, con batallones de personas a su servicio, expertos en tecnología, enormes oficinas bien equipadas, todo un engranaje empresarial que genera millones de dólares. También la vinculación a las ¨fake news¨ de personajes destacados, especialmente en el terreno político. Y algunos periodistas que dejaron de ser profesionales para corresponder a intereses personales o que han vendido sus ideas y su ética al mejor postor.

No existen periodistas pasados de moda. Existen periodistas jóvenes y también muchos mayores en edad. Estos últimos tienen algo adicional para aportar, su experiencia. Quizás no estén a la par de los más jóvenes en avances tecnológicos y en ciertos criterios cambiantes acerca de nuestra profesión, pero eso no los excluye, no los convierte en periodistas de segunda clase. El periodista profesional muere siendo profesional cuando ese profesionalismo obedece a una concepción racional de principios.

La prensa escrita, la radio, la televisión, tampoco son medios de comunicación del pasado. Simplemente se enfrentan a nuevos retos, a medios de comunicación veloces, con la facilidad de llegar mas pronto hasta el usuario y en donde, como lo dije antes, ¨cualquiera¨ puede atreverse a actuar como periodista, dadas las facilidades de acceso a esos avances tecnológicos. Los periodistas tenemos mas competidores que los médicos, los ingenieros, los abogados o los arquitectos. No existen leyes suficientes para proteger a los periodistas profesionales.

El periodista profesional tiene, hoy en día, entre otros retos, el de recuperar la credibilidad para una actividad que un conglomerado pretende marchitar, pero que sigue floreciendo a pesar de los enemigos y no habrá poder que pueda eliminarla. Tiene que ingeniárselas para luchar contra los periodistas falsos y las noticias falsas. Y tiene la enorme responsabilidad de hacer prevalecer la verdad. Podemos fallar, dejaríamos de ser humanos si dijéramos que no. Pero tenemos la seria responsabilidad de tomar todas las precauciones para que eso no suceda. Y si sucede, enmendarlo, reconocerlo con la mente en alto.

Los lectores, los oyentes, los televidentes, merecen todo nuestro respeto, nuestra dedicación, nuestro apego a la verdad, el buen lenguaje en todo el sentido de la palabra. Cuando les entregamos eso, ellos responden con fidelidad, con confianza, con igual respeto. El periodista profesional tiene claro que todo túnel tiene una entrada y una salida, de lo contrario, no sería túnel sino cueva. La clave está en cruzarlo con éxito.

El periodista profesional sigue siendo un ser humano, de carne y hueso, con sentimientos. Y esto, lo enfrenta a muchas amenazas. Amenazas contra su vida, contra su familia inocente, contra sus principios. En las cuatro o cinco últimas décadas, centenares, quizás miles, de colegas han pagado con sus vidas, con el destierro o de otras maneras, el hacer honor a su integridad profesional. Y durante el último año, también centenares han sido llevados a la tumba por el covid-19 (perdón pero me incomoda escribirlo con mayúscula).

Existe un dilema muy difícil de dilucidar para todo periodista, y es que su primera responsabilidad como humano, como padre o madre, está con su familia, con sus hijos, esposa o esposo, nietos, en fin. Y su primera responsabilidad como profesional, está con la sociedad.  Pero cuando dentro de la sociedad existe maldad, algo inevitable, las amenazas giran mas en torno a la familia del periodista que a su propia vida, porque los malos saben que es lo que mas nos duele. Y es allí donde entra el dilema. He escuchado a colegas decir que están dispuestos a asumir todas las consecuencias antes que dejarse amilanar o intimidar. Pero la mayoría de quienes hablan así, no han vivido en carne propia el dilema. Otros que conozco, si han hecho prevalecer sus principios haciendo frente al dilema, y para proteger a los suyos antes que a si mismos, han tenido que emigrar de sus terruños. Aun así, esos valientes admirables, no paran de decir la verdad, estén donde estén. Es triste, inaudito, incoherente, infame, irónico, que a quienes dicen la verdad se les ¨castigue¨ con la muerte o con el destierro.

Y quizás algunos me pregunten: ¿Y tu qué piensas de esto último? ¿dónde te ubicas?. La respuesta es clara: ¨El periodista profesional es un soldado -voluntario- que sabe muy bien a lo que se enfrenta, y está dispuesto a asumir las consecuencias, no para que su sangre sea motivo de noticia en el diario, sino para que sus creencias y principios prevalezcan para bien de la sociedad y de la humanidad en general. Ahí estoy yo. No soy religioso, pero si creo en un Dios quien dedicó mi existencia a servir a través de las comunicaciones. Y ya he tenido mi cuota de consecuencias, por mi amor a la verdad, y por mi repudio extremo a las injusticias. Por fortuna no con la gravedad de otros colegas, y he podido superarlas¨.

 

Feb 17, 2021