29 de marzo de 2024

Universidades: el reto es mantenerse activas durante la pandemia

23 de enero de 2021
23 de enero de 2021

Frente a uno de los retos de pasar de la presencialidad a las clases virtuales y al trabajo remoto, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) ha logrado que el 85 % de los 7.500 cursos semestrales estén en esta nueva modalidad con los mismos parámetros de calidad.

Así lo destaca la profesora Dolly Montoya Castaño, rectora de la Institución, para quien una de las acciones clave en esta época de pandemia es mantener las instituciones vivas, activas, solidarias y sostenibles.

En ese sentido, uno de los desafíos para hacerle frente a la emergencia ha sido evitar la deserción mediante el acompañamiento integral, la flexibilidad académica, las facilidades de pago, los apoyos económicos, de alojamiento, alimentación, trasporte y la atención integral.

En el foro “La educación superior en Nicaragua y el impacto del COVID-19”, organizado por el Consejo Nacional de Universidades de Nicaragua, la directiva precisó que las decisiones que se han tomado en diferentes universidades de la región y del mundo frente a las medidas para evitar la propagación de la COVID-19 han sido muy similares.

Recordó además que desde la UNAL ya se venía trabajando en potencializar la trasformación digital como un cambio cultural apoyándose en instrumentos tecnológicos para tener más democracia y una comunicación más amable y de calidad.

“También se empezó a construir una transformación de las relaciones entre estudiantes y docentes; ahora es normal que un profesor diga que no sabe y que los estudiantes brinden apoyo. Esta es una ganancia enorme de esta transformación, que se acerquen como seres humanos vulnerables, flexibles y solidarios”, recalca la Rectora, y revela que para lograr una transformación integral se entregaron más de 2.500 tabletas y equipos de cómputo a estudiantes vulnerables.

Otro reto que señala la Rectora, quien también es presidenta de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual), es que las universidades apoyen a la sociedad en medio de la pandemia.

Al respecto, indica que desde la UNAL se adelantan iniciativas como el diseño de pruebas diagnósticas e insumos para hospitales, la asesoría a gobiernos locales y nacionales, la construcción de propuestas de políticas públicas y la telemedicina y el programa TeleUCI, con el apoyo del Hospital Universitario Nacional.

“En las sedes de frontera se actualizó al personal de salud para quitarles el miedo y darles medidas de manejo en la pandemia, actualmente hay 25 hospitales conectados en regiones vulnerables”, señala la directiva.

Comité de crisis

El cuarto reto es hacer sostenibles las instituciones en medio de la crisis. En el caso de la UNAL, se conformó el Comité de Crisis para evaluar el momento, establecer un escalafón para las inversiones y mantener la sostenibilidad financiera de la Institución.

“Se priorizó la investigación, sobre todo para COVID-19, la transformación digital, el bienestar en la comunidad y cómo proveer a los estudiantes de elementos digitales. También se gestionó un fondo de emergencia, que ahora es permanente, para atender las urgencias en alguna sede que lo necesite y responder más rápido; eso lo aprendimos por la pandemia”, subraya la Rectora.

Uno de los logros de estas estrategias es que ahora se tienen más estudiantes y menos deserción que antes de la pandemia; además, 31.000 de los 60.000 estudiantes de la UNAL están con matrícula cero; se pasó de 10.000 a 80.000 usuarios en línea, y se trabaja tanto con instituciones de investigación y desarrollo como con los sectores productivos, las instituciones del Estado y las comunidades.

Frente a la virtualidad

La Rectora de la UNAL señaló que la educación virtual ha revelado diferencias importantes en las herramientas de los estudiantes, y que las universidades procuran que todos tengan una experiencia más equitativa y esa es una de las razones por las que se extrañan los campus presenciales.

Destaca que “la educación virtual enriquece la formación integral, que requiere de las vivencias universitarias presenciales como las conferencias, las actividades culturales, la interacción fuera del aula con los compañeros, además de una formación ética y científica de alta calidad que permita construir conocimiento pertinente para la sociedad”.

La Rectora considera que el desafío está en la flexibilización académica y la autonomía del proyecto de vida del estudiante sin perder la estructura universitaria de los programas académicos.

Agencia de Noticias UN – Unimedios