28 de marzo de 2024

¡No más candados!

7 de enero de 2021
Por Juan Alvaro Montoya
Por Juan Alvaro Montoya
7 de enero de 2021

La actividad política debe tener vocación de futuro. Corresponde a los gobernantes avizorar, planear y ejecutar programas que conduzcan a la solución efectiva de los problemas de sus comunidades. No sirven para estos nobles propósitos los dirigentes miopes, aquellos que solo reaccionan ante hechos consumados, los que cada mañana se visten de bomberos y se disponen a apagar incendios en lugar de prevenirlos. A ellos les vendrían bien las facultades de historia o literatura, pero no la dirección de una ciudad o un país. Con frecuencia hablan fuerte, juzgan con facilidad a otros, no toleran la mínima reseña y ante la evidencia de sus propios yerros, se convierten en maestros de la elusión para apuntar los reflectores en otra dirección. A ellos nada los toca, nada les afecta, pero sus desvaríos si lesionan millares.

La alcaldesa de Bogotá tiene buenas intenciones. Hace su tarea, pero no la termina. Pasada la emoción de las celebraciones decembrinas, se apresuró a importar restricciones adoptadas en otro continente para la reciente cepa del nuevo coronavirus que ni siquiera ha llegado a Colombia. Consideró oportuno imitar a Inglaterra o Alemania en los controles ordenados para frenar el avance la nueva cepa sin importar las consecuencias que ello pueda representar para la economía capitalina. Ahora, el confinamiento estricto en tres localidades de Bogotá pone en jaque el principal motor de la reactivación económica y le atesta un freno de mano a una máquina que soñamos ver a toda marcha.

Pero hay que ser claros. El covid es grave, nadie lo duda. Sin embargo no existe una nueva ola de transmisiones en Colombia. Esta es una falacia que desmienten las estadísticas. Según el reporte global generado por la Johns Hopkins University, nuestra nación ha oscilado entre 5 y 10 mil contagios diarios desde el mes de Julio, con algunas variaciones ocasionadas por acumulación de pruebas. Para hablar de segundo pico deberíamos haber presentado una reducción de casos positivos igual o cercana a cero, lo cual no ha sucedido desde que se registran estas cifras. Diciembre fue el único mes con un incremento en el número de infecciones ocasionadas, principalmente, por las festividades de navidad no por acudir a las calles, es decir, son los festejos a puerta cerrada los que nos están matando no el reinicio comercial que se realiza con protocolos seguros.

Este nuevo confinamiento pone en juego la estabilidad de miles de hogares, las esperanzas de apertura para cientos de establecimientos formales que son castigados una y otra vez por la improvisación en las directrices sanitarias y el todo el futuro nuestro. Hace solo unos días la alcaldesa publicaba en Twitter[1] algunas fotografías donde se le veía rodeada de seguidores entusiastas que festejaban el inicio de las verbenas de Noel y anunciaba más de 2.000 eventos[2]. Es absurdo que mientras a un comerciante se le sancione con cerca de un millón de pesos por acudir a la calle a buscar el sustento para su familia, la dignataria de la principal ciudad de Colombia alardee con 20 centenares de aglomeraciones públicas. Las consecuencias no se han hecho esperar y hoy se apresura a ordenar el cierre del mayor centro de desarrollo nacional. Esta incoherencia y ceguera de la administración del distrito deja en evidencia su fracaso en otras medidas como el testeo masivo y el seguimiento focalizado a casos positivos, programas que resultaron eficaces en países como China y Corea del Sur y que no se han podido replicar en estas laderas. Dado el apetito de la alcaldía de Bogotá por copiar políticas de otras latitudes, debería considerar en implementar las que han demostrado su eficacia para contener la infección antes de apagar, nuevamente, los sueños de reactivación de miles de empresas que están hastiadas de ver sus candados puestos.

Es el momento de dar un paso adelante. Ante la severidad de las circunstancias es tiempo de ser asertivos en la búsqueda de alternativas para hacer frente a este letal virus. Hay que salir de la retaguardia y enfrentar con responsabilidad esta coyuntura. La pandemia no se irá en algunos años y nuestra sociedad no podrá permanecer confinada de manera indefinida cada cierto periodo de tiempo. Test fáciles y rápidos, seguimiento continuo a casos que se han reportado positivos, acceso a mayores controles, disciplina social en el uso del tapabocas y, ante todo, pedagogía ciudadana para combatir una enfermedad que nos puede aniquilar son la clave para zanjar a este dilema.

[1] https://twitter.com/bogotamuyfirme/status/1333222899650588679

[2] https://twitter.com/ClaudiaLopez/status/1333232876964491267

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