28 de marzo de 2024

Proyectos productivos, por  pandemia y ola invernal

Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
26 de noviembre de 2020
Por Uriel Ortíz Soto
Por Uriel Ortíz Soto
Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
26 de noviembre de 2020

Comunidad y Desarrollo

La doctora Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta de la República, se ha convertido en adalid de la mujer, por la igualdad y equidad de género, promoviendo proyectos productivos de gran innovación.

Por más que nos resistamos creerlo, el recurso humano sumado a la experiencia y tradición; frente a los diferentes procesos de desarrollo, son vitales tenerlos en cuenta, para levantar de las ruinas a cualquier comunidad que haya caído en desgracia.

El recurso humano de las regiones caídas en desgracia, como en el caso de: San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ha quedado en medio de las expectativas, frente a varios procesos de desarrollo ya existentes, como: el turismo, las pesca, el comercio y las artesanías, entre otras actividades, las cuales deben ser aprovechadas con  ayudas  públicas y privadas.

Por eso, es muy importante la labor que viene desarrollando la doctora Marta Lucía Ramírez, en varios campos de su actividad, como vicepresidenta de la República; al Visitar varias regiones, afectadas por las ola invernal, especialmente, en los departamentos de Chocó y  Santander, para enterarse de la delicada situación que  están viviendo, las cientos de familias y miles de sobrevivientes.

Con fundamento en lo anterior, se nos permite sacar varias conclusiones: con el fin de establecer un diagnóstico social y así proceder a la conformación y desarrollo de proyectos productivos en las regiones afectadas, aún en medio de la: pandemia, el huracán Iota y la ola invernal.

De otro lado, la señora vicepresidenta, se ha convertido en verdadera adalid de la mujer, defendiéndolas ante las  instancias del Estado, para la igualdad de género y equidad, en cuanto a su participación en las diferentes actividades, dentro del sector público y privado.

Muchas veces de las ruinas, salen sólidas esperanzas, puesto que ponen a pensar con más juicio a sus damnificados, que desde el momento mismo de la tragedia, entran en un  estado de razonamiento y reflexión.

Cuando una tragedia se evalúa con responsabilidad y aún con sentido de pertenencia, se ha logrado llegar a una meta muy positiva para emprender los proyectos productivos que se necesitan.

Quiero traer a colación el caso del terremoto que azotó a la ciudad de Armenia, hace más de doce años; sus habitantes emprendieron una tarea con verdadero sentido de responsabilidad y pertenencia, que al día de hoy, son un ejemplo de pulcritud y de grandeza.

Extrajeron de las ruinas sólidas esperanzas y de allí partieron para iniciar el proceso de reconstrucción; tocaron puertas de gobiernos nacionales y extranjeros y los recursos recibidos fueron meticulosamente bien manejados.

Levantar los coeficientes sociales de desarrollo de una comunidad, entes y después de ocurrida una tragedia, trae como consecuencia lógica, concluir cual es la vocación que tienen sus sobrevivientes, para emprender nuevas metas de generación de empleo, traducidos posteriormente en proyectos productivos, que se identifiquen con la mayor viabilidad posible.

Muy importante la labor que se viene cumpliendo, en diferentes regiones afectadas por la ola invernal, al levantar el inventario de las más urgentes necesidades, de las personas damnificadas, puesto que esto permite sacar grandes conclusiones, con el fin de levantar un diagnóstico social, que permita estructurar proyectos productivos, frente a los potenciales de desarrollo.

Sin embargo, algo de experiencia queda de todas estas tragedias  que estamos padeciendo; es la evaluación de los recursos que quedan, como: los sobrevivientes y los recursos naturales, que bien manejados, pueden convertirse de momento, en proyectos productivos, desde luego, que con la ayuda del Estado, entidades y personas de buenas voluntad.

Lo peor de una tragedia, es cuando, sus sobrevivientes se dejan llevar por el desespero, o la frustración, buscando culpables donde no los hay y maldiciendo, aún a la Divina Providencia,

La serenidad, la paciencia y la pulcritud, son los mejores aliados para sacar adelante proyectos productivos, aún en medio de las dificultades.

[email protected]