28 de marzo de 2024

La otra pandemia

14 de agosto de 2020
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
14 de agosto de 2020

Sí! Con motivo de la orden de casa por cárcel para Uribe, se desató otra especie de pandemia derivada del dolor de sus partidarios de una parte, y de las manifestaciones de alegría de sus adversarios por la otra.

Expresiones como la de citar una constituyente de algunos de sus partidarios más representativos, nos mostraron el cómo muchas veces actuamos en pos de retaliaciones por causas que nos afectan. Estos, toman la posibilidad que les da la ley, para vengar la afrenta que reciben por la disposición, cuestionable o no, de casa por cárcel para su jefe. Desde luego que los opositores a Uribe, al saltar de la dicha pensaron más en que de esa manera se quitaban a un enemigo de encima, que si la Justicia está procediendo adecuadamente, es decir, toman la Justicia como venganza o arma política

Unos y otros actuando visceralmente y tomándose la ley o la Justicia como elementos vindicatorios, lo que está fuera de la misión que cada instrumento tiene en la sociedad, lo nos hace pensar que, de estar estos en manos absolutas de cualquiera de los dos sectores y sus extremos, estaremos en un infierno de corte totalitario tal y como acontece en algunas sociedades en el mundo hoy,  o que han padecido algunos en el pasado con historias de las que parece no aprendemos y se pretenden repetir ahora en nuestro país.

Que podamos discutir el proceder de la Sala de Instrucción de la Corte no significa que se pueda desconocer, ignorar o rechazar. No! Disposiciones de un ente de la Justicia es menester acatarlas y, de no hacerse así, estaremos en un medio en el que la seguridad de ser respetados habrá desaparecido, lo que no podemos permitir. No obstante, sí nos es permitido opinar sobre la base de lo que se ha filtrado del proceso de investigación en donde, sobre el senador Uribe se deduce, aparentemente sin mayores argumentos, que ha sido determinador para que Cadena, su abogado, consiguiera de un condenado por paramilitarismo y por falsos testimonios una declaración sobre la intervención del también senador Cepeda para acusar al senador Uribe.  Como no hay pruebas sobre ello, se le adjudica a Uribe el haber pensado o inducido a tal actividad. Resulta sí extraño que la misma Sala no haya investigado lo que para todos es claro, de conocimiento público, que Cepeda ha trasegado por cuanta cárcel hay en la que se encuentre un paramilitar para visitarlo, no sabemos con qué fin, pero se habla de que es buscando una versión que acuse a Uribe de ser creador, benefactor o auxiliar de esos criminales. Se habla que estos sujetos han recibido dadivas de una ONG a la que le hace aportes el señor Cepeda, cosa que no ha ameritado una investigación. A ello se le agrega la manifestación pública de un compañero de Cepeda en la Cámara, de que este iba de visitas a las cárceles sin que mediara autorización de la Comisión respectiva y que toda su actividad “humanitaria” se efectuó sobre personajes que pudieran manifestar algo sobre Uribe. Extrañamente la Sala no ha considerado relevante estas evidencias, y sí le ha dado gran valor a expresiones de Uribe, obtenidas ilegalmente, y que nada tienen de incitación a realizar acciones ilegales.

Bueno, por ahora lo que es cierto es que el país debe estar atento a los procederes de la Sala de Instrucción, sea por parte de los amigos de Uribe, como por los enemigos de él, pero siempre conservando la cordura y el debido respeto, de unos para con otros, así como por la acción de los magistrados, de quienes se espera ecuanimidad, imparcialidad y rectitud.

Manizales, agosto 14 del Año de la Peste.